El disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, tiene "peligro potencial de muerte" debido al trombo yugular que complicó su salud, si bien presentó una "discreta mejoría" en los últimos días y se le aplican los tratamientos más avanzados para preservar su vida.
El diario Granma publica hoy una inusual entrevista con Armando Caballero, jefe de los servicios de terapia intensiva del Hospital de Santa Clara, (donde Fariñas está ingresado desde el 11 de marzo), en la que detalla la situación del disidente y los tratamientos y atención que está recibiendo.
En la entrevista con el facultativo no se citan los motivos de la huelga de hambre del opositor, que reclama con su ayuno la liberación de los presos políticos enfermos.
El médico Armando Caballero indica que la tromboflebitis que padece Fariñas desde hace una semana en la yugular tiene "un gran peligro pues puede desprenderse e ir directo al corazón y de ahí a los pulmones, y provocar un tromboembolismo pulmonar que puede matar a una persona".
Esa afección se debe a complicaciones comunes en pacientes que como en el caso de Fariñas, reciben alimentación parenteral prolongada mediante catéter ya que los riesgos de infecciones en lasangre aumentan.
Según Granma, desde su ingreso en el Hospital de Santa Clara a Fariñas se le han aplicado los últimos adelantos médicos para atender su caso.
El jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de Santa Clara explica además que Fariñas ha podido sobrevivir al ayuno todo este tiempo porque, aunque se niega a ingerir alimentos por vía oral, los recibe por vía parenteral lo que ha hecho incluso que aumente de peso desde que ingresó en el hospital. "Fariñas llegó a nuestra sala con 63 kilos de peso y en la actualidad está oscilando entre los 67 y 69 kilos.
Fariñas dispone de un acompañante las 24 horas, tiene un televisor donde ve el mundial de fútbol "y lo que le gusta", y cuenta con un teléfono directo.
El diario Granma citó por primera vez la huelga de Fariñas el pasado 8 de marzo y le calificó de "agente de Estados Unidos y delincuente común violento", al tiempo que atacó a los medios internacionales que informaban del caso por "orquestar una campaña en favor del contrarrevolucionario”.