Al menos una persona ha muerto en Australia como consecuencia de las fuertes tormentas de lluvia y granizo que están azotando la ciudad de Brisbane, capital del estado de Queensland. El mal tiempo y el hielo han provocado numerosos accidentes de tráfico.
Un hombre de 42 años ha perdido la vida. Fue sorprendido por la tormenta y se refugió bajo un árbol, con tan mala fortuna que el viento derribó el árbol y él murió aplastado.
Los servicios de emergencia aseguran que han respondido a más de setenta llamadas de auxilio, sobre todo de personas cuyas casas fueron gravemente dañadas por la lluvia, el granizo y la caída de árboles.
Los meteorólogos explican lo que está pasando por una combinación de alta humedad y la formación de tormentas que han llevado sobre la zona una lluvia intensa que está provocando inundaciones repentinas.
Ahora la ciudad se enfrenta a los restos del temporal y los ciudadanos se afanan por limpiar sus casas y calles del barro que las inunda.