El 28 de julio de 1914 comenzaba en Europa la conocida como Gran Guerra. Más de 65 millones de soldados participaron, en un bando u otro. Murieron más de 1 de cada 8 personas, un promedio de 6.046 hombres muertos cada día en los cuatro años que duró la guerra (1914-1918).
El 28 de junio de 1914, el joven serbobosnio Gavrilo Princip mató a tiros en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio austro-húngaro.
Un mes después Viena declaró la guerra a Serbia, país al que consideró instigador del asesinato, lo que dio comienzo al primer conflicto mundial, en el que murieron unos 10 millones de personas.
Una concatenación de errores de seguridad, además de la mala suerte, propiciaron el magnicidio aquella jornada.
En el atentado estuvieron involucrados seis nacionalistas serbios y la pareja imperial logró sobrevivir a un primer ataque con una granada lanzada por Nedeljko Cabrinovic, que rebotó contra el coche antes de explotar.
Tras reponerse de lo sucedido, a Francisco Fernando no se le ocurrió otra cosa que dirigirse a visitar a los heridos al hospital con su comitiva de seis vehículos, con la mala suerte de que el chófer se despistó y fue a parar frente a Princip, que asesinó a los herederos con su Browning de 9 milímetros.
Francisco Fernando murió al poco de ser herido en el cuello y su esposa Sofía, malherida en el abdomen, falleció más tarde en el hospital.
Un siglo después de aquel crimen que ha marcado la historia europea y mundial, Bosnia va a celebrar este sábado dos actos radicalmente distintos para recordar el suceso: el homenaje en recuerdo del asesinado príncipe heredero en Sarajevo, organizado por las autoridades bosniacas (bosnias musulmanas) y croatas, y la conmemoración por Princip en Visegrado por parte de las autoridades serbobosnias, que lo consideran un personaje histórico porque puso fin a la dominación austrohúngara en el país balcánico.
En Sarajevo, las autoridades bosniacas y bosniocroatas han organizado un concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena, que interpretará piezas de Haydn, Schubert, Brahms y Ravel, para recordar la figura del heredero del trono de Habsburgo.