Nuevos países se suman al boicot diplomático de Catar y la mediación no da frutos

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MAURITANIA, JORDANIA Y SENEGAL

El boicot a Catar se expande mientras que Trump propone una reunión en Washington para solucionar la crisis

A medida que nuevos Estados se unían al boicot, otros han expresado su preocupación por la escalada de la tensión en la zona del golfo Pérsico, como Alemania. Y, desde EEUU, Donald Trump ha hablado por teléfono con el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, tras lo cual ha subrayado la necesidad de diálogo en la región para detener el auge del extremismo.

Nuevos países se sumaron en las últimas horas al boicot diplomático de Catar, después de que Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin rompieran las relaciones con él el pasado lunes, mientras que la mediación de Kuwait para resolver la crisis aún no ha dado frutos tangibles. Mauritania se sumó la pasada noche al órdago y retirará a su embajador en Doha, mientras que Jordania anunció que va a reducir su representación diplomática en Catar, en línea con las decisiones adoptadas por sus aliados árabes.

Asimismo, el Gobierno de Senegal anunció su decisión de llamar a consultas a su embajador en Catar y mostró su solidaridad con los cuatro países que tomaron la iniciativa hace dos días. A medida que nuevos Estados se unían al boicot, otros han expresado su preocupación por la escalada de la tensión en la zona del golfo Pérsico, como Alemania.

Por su parte, Kuwait está intentando mediar en la disputa y el emir Sabah Ahmed al Sabah viajó a los Emiratos, después de haber acudido a Arabia Saudí. El mandatario busca un acercamiento entre los vecinos y miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, después de haber mediado entre ellos en 2014, cuando Arabia Saudí, Emiratos y Baréin retiraron a sus embajadores de Doha durante unos meses. En aquel entonces, Egipto había roto relaciones con Catar en 2013, tras el golpe de Estado militar contra el presidente islamista Mohamed Mursi, porque el emirato continuó apoyando el Gobierno de los Hermanos Musulmanes y se negó a reconocer a las nuevas autoridades del país, tildadas de "golpistas" por su canal de noticias Al Yazira.

Ahora, El Cairo está adoptando un tono más moderado, frente a la postura de Arabia Saudí, Emiratos y Baréin, que han impuesto un bloqueo terrestre, naval y aéreo sobre Catar, aislando prácticamente al país, situado en una península ubicada entre sus tres "enemigos". Egipto garantizó que las inversiones cataríes en el país no se verán afectadas y "están seguras y protegidas en virtud de la ley y la Constitución", según declaraciones de la ministra de Inversión y Cooperación Internacional, Sahar Nasr, a la agencia oficial de noticias MENA. Nasr aseveró que "el Estado egipcio respeta sus contratos y proporciona el ambiente seguro tanto para las inversiones de los individuos como de las instituciones en su territorio".

Asimismo, el Banco Central de Egipto aseguró que las transferencias de los egipcios que trabajan en Catar -que se calcula que son unas 300.000 personas- son recibidas por los bancos egipcios sin restricciones, ya sea en moneda catarí o en dólares. El Banco Central dijo anteriormente que, a pesar de la ruptura de relaciones con Doha, se puede seguir operando con el rial catarí en el sistema bancario egipcio. Asimismo, las autoridades dijeron que el Qatari National Bank, uno de los más importantes de Egipto, iba a seguir operando en el país ya que es una empresa participada por entes locales e independiente del Estado de Catar, según un comunicado del Banco Central.

Egipto no ha tomado las mismas medidas que sus aliados debido a los intereses económicos y a la presencia de cientos de miles de sus nacionales en Catar, uno de los cuales aseguró que la situación es "normal" para ellos y no han notado un trato diferente por el momento.

Catar aseguró que no tomaría represalias contra los ciudadanos de los países que han cortado las relaciones diplomáticas, mientras que Arabia Saudí, Emiratos y Baréin solicitaron a los catarías que abandonen sus territorios en un plazo de 14 días. Es más, los cataríes no podrán ni siquiera transitar por los aeropuertos emiratíes, así como los extranjeros que tienen residencia en Catar no podrán obtener el visado de entrada en Emiratos en el aeropuerto, aunque sí se les permitirá hacer escala en suelo emiratí. Según medios locales, las instrucciones fueron dictadas por las autoridades y afectan a todas las compañías aéreas que operan en Emiratos. El Gobierno emiratí anunció además el cierre de las oficinas de la compañía Qatar Airways en el país, medida que ya fue adoptada ayer por Arabia Saudí y Baréin.

Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso organizar una reunión en Washington para resolver la crisis y subrayó la necesidad de diálogo en la región para detener el auge del extremismo. Trump habló por teléfono con el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, y se "ofreció para ayudar a las partes a resolver sus diferencias, incluso mediante una reunión en la Casa Blanca si es necesario", según informó en un comunicado la residencia presidencial.

"El presidente reiteró que un Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) unido y una alianza fuerte entre Estados Unidos y ese consejo son cruciales para derrotar al terrorismo y promover la estabilidad regional", indica el comunicado. La Casa Blanca no precisó si la reunión propuesta por Trump incluiría solo a los países miembros del CCG, que está compuesto por Kuwait, Catar, Omán, Baréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí, o también a otras naciones que se han sumado al boicot diplomático a ese emirato.

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