Iona con sus padres el día de su boda

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EN REINO UNIDO

Una adolescente enferma suplica a sus padres que la dejen casarse porque no sabe cuánto vivirá

'Estamos enamorados. No sé cuánto tiempo de vida me queda y creo que jamás tendré otra oportunidad de casarme", dijo a sus padres la joven de 16 años para que le dieran permiso para casarse con su novio Laurie de 18 años.

Son jóvenes y están enamorados. Iona Lindley y Laurie Kesteven protagonizan una preciosa y dura historia de amor. Su juventud no refleja la madurez que ambos han demostrado en su forma de enfrentarse a las adversidades del destino.

Felices en su boda

Iona tiene 16 años y sufre fibrosis quística, una enfermedad crónica que afecta principalmente a los pulmones, y en menor medida al páncreas, hígado e intestino y es potencialmente mortal. Sin embargo este diagnóstico no frena las gana de vivir que cada día demuestra esta joven.

Laurie tiene 18 años y está estudiando Educación Física. A él no le da miedo la enfermedad de su esposa y asegura a Daily Mail que "no vale la pena cabrearse".

Ambos jóvenes están tan seguros de su amor que no han parado hasta convencer a sus respectivos padres para que autorizasen la boda. 
Iona rogó a sus padres el permiso, explicándoles: 'Estamos enamorados. No sé cuánto tiempo de vida me queda y creo que jamás tendré otra oportunidad de casarme. Los miedos iniciales pronto fueron superados ya que los progenitores no podían dejar a un lado la felicidad que ambos demuestran.

Así pues los jóvenes se dieron el 'Sí quiero' en la Iglesia Bautista del Sur Parade en Headingley, Leeds, cumpliendo su único sueño de permanecer juntos todo el tiempo que les quede.

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