El próximo lunes 23 de septiembre se disolverán las Cortes y se convocarán nuevos comicios, previsiblemente el 10 de noviembre. Serán las cuartas elecciones generales en cuatro años y se calcula que van a costar unos 140 millones de euros.
El gobierno en funciones se enfrenta a retos económicos, como la desaceleración que ya se está viviendo, y también a desafíos políticos, como el 'brexit' o la sentencia del procés.
Votar el pasado 28 de abril nos costó a cada español 2,97 euros, casi tres euros destinados a costear la maquinaria electoral. En total fueron 140 millones de euros lo que costaron las pasadas elecciones, el mismo presupuesto con el que parten las del 10 de noviembre.
Desde los comicios de diciembre de 2015, estas serán las cuartas elecciones generales en los últimos cuatro años: 540 millones de euros gastados en las urnas entre 2015 y 2019. Nuevos comicios que hacen que los problemas del país vuelvan a ser aparcados por la falta de gobierno.
En el mejor de los casos, será el mes de febrero cuando comience a pleno rendimiento la actividad parlamentaria. La repetición electoral paralizará la tramitación de leyes: la reforma laboral, los presupuestos o las pensiones quedan aplazadas
Esta inestabilidad institucional también influirá en la economía. Quedan por delante semanas sin un gobierno estable en plena desaceleración económica.
La amenaza de que se agudice la crisis independentista en Cataluña -tras la sentencia del procés en octubre-, serán gestionados por un gobierno en funciones. Igual que la posibilidad de un 'brexit' duro, al salir Reino Unido de la Unión Europea.
Comienza a activarse la maquinaria electoral para una elecciones a las que las encuestas no dan la mayoría a ninguno de los bloques: ni derechas ni izquierda tendrían la mayoría suficiente para poder gobernar.
