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PERFIL POLÍTICO

Santiago Carrillo, una figura clave en la Transición

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE) de durante 22 años y uno de los artífices de la transición española, Santiago Carrillo, ha fallecido en Madrid a los 97 años. En democracia, compatibilizó su militancia republicana con su admiración por el Rey, con quien mantenía una excelente relación y al que defendía como motor de la transición y freno a los golpistas el 23-F.

Militante de las Juventudes Socialistas desde 1928, tras la unificación de esta organización con las Juventudes Comunistas, en abril de 1936, fue elegido secretario general de la nueva formación. En julio de 1936 se afilió al Partido Comunista (PCE). A pesar de su juventud, tuvo un papel destacado en la vida política de Madrid tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, a la vez que escalaba puestos en el Partido.

En febrero de 1939 cruzó la frontera francesa y comenzó un exilio de 38 años, que le llevó a la Unión Soviética, EE.UU., Argentina, México y Argelia, hasta que fijó su residencia en París. "Delfín" de Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" desde 1946, en el VI Congreso del PCE (1960) en el que ésta fue elegida presidenta, Carrillo fue elegido secretario general, cargo que ocupó hasta 1982.

Hijo de un militante del PSOE y de UGT, nació en Gijón, el 18 de enero de 1915

Tras la muerte de Franco, Santiago Carrillo regresa del exilio en febrero de 1976 y vive en España clandestinamente. Mantiene contactos con las demás fuerzas democráticas y se deja ver por las calles de Madrid, con el fin de forzar un reconocimiento del PCE, cuando todavía ninguna fuerza democrática ha sido legalizada. Finalmente es detenido por la policía y recluido durante una semana a finales de diciembre.

El 24 de enero de 1977 se produce la Matanza de Atocha en que resultan muertos siete abogados laboralistas, tras la cual Carrillo consigue el apoyo definitivo de parte de la sociedad española y de Suárez. Un día después tiene lugar la primera gran manifestación multitudinaria de la izquierda desde la Segunda República, seguida por decenas de paros y manifestaciones pacíficas, en solidaridad con el Partido Comunista.

En 1939 cruzó la frontera francesa y comenzó un exilio de 38 años

En febrero de 1977 desaparecen los requisitos más restrictivos y se hace realidad la legalización del resto de partidos. En ese mismo mes Suárez se reúne secretamente con Carrillo para sentar las bases de una legalización del PCE, que finalmente llegaría el 9 de abril de 1977, el Sábado Santo Rojo, en el que el Gobierno decide la desaparición del Movimiento (el partido único franquista), y legaliza al Partido Comunista de España y, dos días después al PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya).

Este acontecimiento provoca la dimisión del ministro de la Marina y una oleada de protestas en el Ejército y la derecha.  Fraga juzga lo sucedido de "verdadero golpe de Estado", pero la opinión pública aplaude la decisión. Pero son también muchos los sacrificios que debe hacer el propio PCE.

El más significativo, la aceptación de la Monarquía y la renuncia a sus aspiraciones republicanas, que provoca el descontento en buena parte de los militantes. El 17 de marzo Suárez promulga el decreto de amnistía para los presos políticos, el 28 de abril se legalizan los sindicatos y, finalmente, el 13 de mayo llega de la URSS Dolores Ibarruri, la Pasionaria, presidenta del PCE.

Finalmente, el 15 de junio de 1977 tienen lugar las primeras elecciones democráticas, en las que Carrillo es elegido diputado al Congreso por Madrid, un puesto que le permitió formar parte del proceso de elaboración de la Constitución de 1978, e incluir a un miembro del PCE, Jordi Solé Tura, en el grupo de ponentes encargados de redactarla.

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