El Rey Felipe VI trasladó a las tropas desplegadas en el Líbano y el resto de misiones internacionales su orgullo y el de todos los españoles por la "entrega, trabajo, disciplina y amor al servicio" con que contribuyen "a hacer una España y un mundo más seguros y fuertes".
Frente a un paisaje dominado por los Altos del Golán, el momento más emotivo de la primera visita de Felipe VI a la base "Miguel de Cervantes" tuvo lugar poco después de su llegada, cuando el monarca rindió homenaje a los militares fallecidos, el último de ellos el cabo Francisco Javier Soria, muerto en enero por fuego israelí de respuesta a Hizbulá.
En medio del silencio general, don Felipe depositó una corona de laurel con los colores de la bandera de España junto a la cruz en recuerdo de los militares que han perdido su vida en el desempeño de su misión, y permaneció unos minutos firme y con gesto serio ante el monumento, cuya placa más reciente recuerda la muerte del cabo Soria en un "ataque a la UNPOS 4-28".
Vestido con uniforme de campaña del Ejército de Tierra y boina azul de la Guardia Real y acompañado por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el monarca llegó en helicóptero a la base, emplazada en Blat y próxima a Marjayún, donde fue recibido por el viceprimer ministro libanés, Samir Mokbel; el comandante de la FINUL, Luciano Portolano; y el jefe de la Brigada Multinacional del Sector Este, Antonio Ruiz Olmos.
Tras el himno nacional y los habituales honores militares, el Rey presenció un desfile y, durante las cerca de cuatro horas que duró su visita, se fotografió con el contingente, conoció el material de defensa que emplea actualmente y asistió a una reunión en la que fue informado sobre el desarrollo de la misión, que incluye patrullas, vigilancia, asistencia médica y reconstrucción de infraestructuras.
Antes de compartir un almuerzo con las tropas en el polideportivo de la base, Felipe VI brindó con los militares en honor de todos los españoles del contingente y sus familias, así como por el éxito de esta misión de la ONU, por la paz y estabilidad internacional, por las Fuerzas Armadas "y, sobre todo, por España".
En su alocución, explicó que había elegido Marjayún -donde acudió cuando era Príncipe en 2008- para su primera visita a las tropas españolas como Rey por su historia y por ser el contingente más numeroso entre los desplegados en misiones en el exterior.
Tras dedicar "un homenaje emocionado" a todos los españoles que han dado su vida en cumplimiento de su deber, en particular al cabo Soria y los otros doce integrantes del Ejército español fallecidos en el Líbano, el monarca se ha declarado "muy consciente" de la complejidad de esta misión de la ONU en favor de "la paz, la estabilidad y la libertad en la región". La labor de los 558 militares españoles participantes en la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano (FINUL) contribuye asimismo "a la seguridad de España y de nuestros aliados y amigos, en momentos tan difíciles para la situación internacional", subrayó don Felipe.
"No os quepa duda de que, con vuestra entrega, trabajo, disciplina y amor al servicio contribuís a hacer una España y un mundo más seguros y fuertes", proclamó el Rey, antes de trasladar a los militares "el reconocimiento de los ciudadanos españoles" ante la "exigente e importante labor que llevan a cabo con una vocación "sustentada en la plena profesionalidad y espíritu de sacrificio".
"Gracias por hacernos sentir orgullosos de unas Fuerzas Armadas entregadas, dispuestas y fundamentadas en el patriotismo que albergan vuestros corazones", recalcó el jefe del Estado, quien deseó a los militares destacados en el Líbano "los mayores éxitos" y "un feliz regreso a casa". También agradeció al contingente la reproducción de una estatua ecuestre del Gran Capitán -de cuyo fallecimiento se cumplen 500 años- con que le obsequió antes del almuerzo, en nombre de todos, el general Ruiz Olmos.