Corrupción
El diccionario de la corrupción: "Siempre hay alguien dispuesto a saltarse las normas"
Hacemos el rosco de la corrupción. Qué significan esos delitos que día tras día abren informativos y periódicos.

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Habría que remontarse al S. XIX para hablar del primer caso de corrupción en nuestro país. En aquel entonces los "chanchullos" de los poderosos no eran exactamente como los que se pueden identificar hoy en día, pero sin duda, fueron precedente.
Los rumores de negocios sucios alrededor de la reina regente, María Cristina de Borbón, fueron una constante. Especulaciones con la sal, los ferrocarriles o incluso trata de esclavos son algunos de los 'amaños' en los que, presuntamente, participaba.
Esta lacra ha golpeado constantemente a la sociedad de nuestro país. No puede atribuirse solo a un color político, ni a un período concreto. Desde el estraperlo de la segunda república hasta la reciente condena al Fiscal General, pasando por el caso Gürtel, han sido una multitud los titulares que han ido desenmascarando las verdaderas ambiciones de quien en principio se debía a su función pública.
Y con tanta portada, tanta apertura de informativo y tanto titular nos preguntamos ¿sabemos exactamente los ciudadanos qué es la corrupción? La RAE define esta palabra como: "En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de sus gestores". Para profundizar en esta guía para entender la corrupción hablamos con María Rubio, magistrada titular de la plaza número 5 del Tribunal de Instancia de Arganda del Rey y con Alejandro Seoane, abogado penalista del despacho Seoane Pedreira.
"La corrupción no solo roba dinero; roba la esperanza". Planteamos esta reflexión a nuestros expertos y la magistrada María Rubio cree que "existe la opinión generalizada dentro de nuestra sociedad de que, salga quien salga, la fuerza política que salga, va a llevar a acabo actuaciones que puedan constituir delitos relacionados con la corrupción o realizar corruptelas. Sin embargo, no nos podemos ceñir a eso, no podemos darlo por hecho y tenemos que actuar frente a ello. Mediante mecanismos judiciales y también de control institucional".
El Índice de Calidad de la Democracia 2024 elaborado por la Fundación Alternativas, advierte en su última publicación que la percepción de la corrupción ha empeorado en nuestro país. El pasado mes de febrero también se conoció el índice de Percepción de la Corrupción, que elabora la organización Transparencia Internacional. En este se indica que se destaca que los niveles de corrupción a nivel global son elevados, mientras que los esfuerzos por combatirla cada vez van a menos.
Los 5 nombres propios de la corrupción
Y la primera lección de todo 'manual' de la corrupción ha de hacer explicar el 'top five' de los principales delitos de la corrupción. La magistrada tiene claro el 'pódium' de los más frecuentes: "El cohecho, la prevaricación siempre y el blanqueo también". Así que una vez que tenemos a los protagonistas vamos a identificarlos uno a uno, para ello nos ayuda Alejandro Seoane.
- Prevaricación: "Consistiría en que una autoridad o funcionario adopta una decisión a sabiendas de que es injusta. Torcer la ley de forma consciente para beneficiar a alguien o perjudicar a otro. Ejemplo, un alcalde que adjudica un contrato a dedo a un amigo, saltándose claramente las normas y los informes técnicos. Sabiendo que no es el mejor, ni es el más barato".
- Cohecho: "Es lo que conocemos como el soborno de toda la vida. Un funcionario o cargo público que cobra o acepta que le paguen dinero, regalos o favores a cambio de realizar u omitir una tarea que le es propia del cargo. Ejemplo, una empresa paga las vacaciones de lujo a un concejal para que vote a favor de recalificar un terreno".
- Blanqueo de capitales: "Es la actividad, o conjunto de actividades ejecutadas con una finalidad, que es la de dar apariencia de legalidad a un dinero o unos bienes que tienen un origen delictivo. Un ejemplo, el blanqueador que compra con dinero ilegal un décimo de lotería premiado a la persona que le ha tocado, pagándole el precio del premio más una comisión adicional. El que compra el décimo le da apariencia de legalidad a un dinero que originalmente es ilegal".
- Malversación: "La malversación consistiría en lo que conocemos como meter mano en la caja pública. Usar ese dinero para uno mismo o para fines distintos de los previstos de forma irresponsable. Si existen una serie de fondos que están destinados a hospitales y el funcionario encargado de gestionarlos acaba pagando viajes y gastos privados".
- Tráfico de influencias: "Es usar el cargo, o los contactos políticos, para presionar a un cargo público y conseguir una decisión favorable para uno mismo o un tercero".
Y aunque no siempre aparece, debido a la actualidad del momento, explicamos también el de Revelación de secretos. "En el ámbito de la corrupción nos referimos a la revelación de secretos cuando una autoridad filtra datos reservados a los que accede por condición de su cargo. Datos privados que no deberían hacerse públicos".
¿Se puede acabar con la corrupción?
Pero, ¿es la corrupción intrínseca al poder? o, ¿es posible vivir en una sociedad en la que nuestras administraciones, políticos o funcionarios no practiquen estas corruptelas? Nuestros expertos no llegan a una posición unánime. Mientras la magistrada Rubio defiende que se puede acabar con la corrupción y también perseguirla, "se puede acabar con ella haciendo pedagogía a la sociedad, a la gente que no tiene conocimientos administrativos o judiciales explicándoselos, indicándoles cómo se pueden atajar estas actuaciones de corruptela y también hay que luchar a través de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de una política criminal que lleve a eso".
Seoane, sin embargo, cree que "acabar al 100% con la corrupción es poco realista. Siempre hay alguien dispuesto a saltarse las normas, aunque es obvio que el sistema es muy mejorable, y se pueden aplicar medidas que reduzcan esta corrupción. La clave, en mi opinión, puede estar en mezclar diferentes cosas. En primer lugar, la educación y memoria cívica, la corrupción no puede salir gratis, ni en votos ni en reputación. En segundo lugar, la transparencia. En tercer lugar, los controles internos fuertes y órganos independientes y en cuarto lugar, sería la protección de los denunciantes de las tramas de corrupción".
Rubio insiste en puntualizar cuáles cree ella que son las medidas que habría que implementar para lograr estas prácticas. "Vivimos en una sociedad democrática que puede elegir a sus autoridades y a los que forman parte del poder legislativo. Por lo tanto, las urnas es lo que determinaría elegir a candidatos que fueran susceptibles de no cometer estos delitos. A parte de eso, se podría ahondar más en los mecanismos de control para que las actuaciones de las administraciones y funcionarios públicos pudieran ser controladas y verificadas, no solamente por el Parlamento, sino por organismos externos. Realizar también auditorías, podrían establecerse diversos mecanismos de control..."
Porque como ya dijimos anteriormente "la corrupción desmoraliza y es lo peor que le puede ocurrir a una sociedad".
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