Familias vulnerables

La queja de una madre de 4 hijos de Sevilla sin ayudas: "No tienes para comer, no tienes nada, ¿cómo sobrevivimos?"

Los bancos de alimentos se quejan de que cada vez tienen menos comida mientras que el número de familias que acude es mayor.

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Los bancos de alimentos de toda España están bajo mínimos. Las donaciones este año se han reducido, de media, un 40 por ciento. Menos alimentos y más familias que acuden a estos lugares para comer un plato de comida caliente. La mayoría de los encargados de estas organizaciones repartidas por todos los rincones dan la voz de alarma: "Estamos bajo mínimos", es "alarmante", "estamos desesperados", es lo que dicen los voluntarios.

Pachi Vega es el encargado de una ONG en Tenerife. Alerta de que los usuarios se están multiplicando: "Esta semana hemos tenido ocho familias más y las despensas se nos vacían más rápidamente". "Te va a tocar parte de la tarta, eso seguro, pero un trozo más pequeño, eso seguro", afirma Vega. "Tenemos que dividir la misma tarta en más trozos".

"Tenemos que dividir la misma tarta en más trozos"

En esa tarta falta, sobre todo, leche y aceite, son productos que se han encarecido mucho con la inflación y las donaciones disminuyen. Según Luis Febles, de la ONG Sonrisas Canarias, estamos recuperando familias que no venían desde hace años y ahora están volviendo. Asegura que los alquileres y las hipotecas se han disparado y "no tienen para comer".

El aceite y la leche son básicos y necesarios pero no hay para todos. Mónica y Patricia acuden a esta ONG. Están en el paro y aseguran que gracias a estas organizaciones se llevan un plato de comida caliente a casa.

"No tengo para comer. ¿Cómo sobrevivimos?"

Pilar tiene cuatro hijos, vive en Sevilla. Su marido no trabaja, ella tampoco, y este año no ha recibido ninguna ayuda. "No tienes para comer. No tienes nada". Y se pregunta: "¿Cómo sobrevivimos?".

Asegura que su vecina va a Cáritas y le da comida, de igual manera que, cuando ella recibe alimentos de una ONG, los comparte con ella también.

Su marido está en el paro, "hace chapucillas por el barrio", pero el día que no tiene chapuzas no trae nada a casa. "Yo hay días que limpio escaleras y así voy, día a día". Día a día... Sobreviviendo.

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