Los ministros de Finanzas y Economía del G20 instaron a la zona euro a actuar de forma "urgente" para lograr la unión bancaria y reducir la fragmentación bancaria que se ha convertido en un lastre para la recuperación. "Es preciso mejorar las bases de la unión económica y monetaria, incluido mediante el movimiento urgente hacia una unión bancaria, reduciendo de forma adicional la fragmentación financiera y continuando con el fortalecimiento de los balances bancarios", afirmó el G20 en el comunicado del final de su reunión.
La preocupación por la debilidad de la zona euro centró la atención del G20, que expresó su preocupación con una región en la que la recuperación sigue sin materializarse. Más allá de Europa, el Grupo de los Veinte dio un espaldarazo a la política monetaria del Banco de Japón, que anunció este mes su intención de inyectar 1,4 billones de dólares durante los próximos dos años en su economía para superar el estancamiento que dura ya décadas.
El anuncio provocó una fuerte caída del yen y llevó a los críticos a hablar de una depreciación competitiva del BoJ. Pero el G20 dio luz verde a la medida, al señalar que "las recientes políticas de Japón buscan acabar con la deflación y respaldar la demanda doméstica". El Banco de Japón no ha sido el único en recurrir a políticas monetarias expansivas, una opción por la que también ha optado la Reserva Federal, el Banco Central de Inglaterra y, en menor medida, el Banco Central Europeo.
Por lo demás, los ministros reafirmaron el compromiso expresado en febrero de "evitar" las devaluaciones competitivas y no utilizar los tipos de cambio para ganar ventaja en los mercados. Más allá de eso, el G20 evitó fijar objetivos concretos de reducción de deuda, en medio de crecientes preocupaciones de que la austeridad en boga estrangule la débil recuperación.
La reunión del G20 tuvo lugar en el marco de la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que arrancó en Washington y en la que Europa tuvo también un papel protagonista. El FMI prevé que la economía europea se contraiga un 0,3% este año, tras el retroceso del 0,6% del 2012 y que repunte en el crecimiento en 2014, cuando se prevé un repunte del 1,1%.
"Europa ha vuelto a ser el foco de atención de esta reunión fundamentalmente a consecuencia del reducido crecimiento", dijo el ministro de Economía europeo Luis de Guindos. Y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo que las cosas en Europa no mejorarán mucho en los años venideros.