El mundo llora la muerte de Quino, el dibujante argentino que deja como legado las viñetas únicas de Mafalda. Con su peculiar forma de ver la vida, Quino convirtió a Mafalda en la niña que se atreve a decir lo que todo el mundo piensa pero callan.
Quino ha muerto a los 88 años tras una vida dedicada al bello oficio de la pluma. Esta es su historia.
Nació en 1932 en Mendoza (Argentina). Su nombre real era Joaquín Salvador Lavado Tejón, pero desde niño le llamaron Quino para distinguirle de su tío Joaquín. Su madre murió cuando él solo tenía 13 años, y en ese momento decide inscribirse en la Escuela de Bellas Artes, pero pronto la abandonó para dedicarse a las viñetas.
Con solo 18 años consigue vender su primera historieta y poco después se traslada a Buenos Aires. Allí, tras cuatro años intentando convencer a editores, logra publicar uno de sus comics.
Poco después, en 1963, cuando el dibujante tiene 31 años, nace Mafalda, una niña que odia la sopa y que, con mucho ingenio e ironía, invita a reflexionar sobre los aspectos más controvertidos de la actualidad mundial.
Dos años después, Mafalda se convierte en un icono en América Latina. Un éxito que traspasa fronteras y en poco tiempo llega a Europa. En 1966 aparece el primer libro recopilatorio de tiras de Mafalda: 'Mafalda I', que se agotó en solo dos días.
Las historietas de Mafalda perduran hasta 1973, cuando el artista decide dejar de dibujarla para dedicarse solo a las historietas de humor en los periódicos. En 1976 se exilia en Italia tras el golpe de Estado en Argentina, y regresa con la vuelta de la democracia en 1983.
A partir de los años 2000, los homenajes a Quino se repiten. En España, es galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación. En Francia recibe la Medalla de la Orden y las Letras.
Solo volvió a dibujar a Mafalda en ocasiones especiales a petición de organizaciones como UNICEF o el Gobierno argentino.
