En septiembre de 2009, Whitney Houston volvió a los escenarios después de 6 años en la sombra. Fue criticada y abucheada. Parecía que su voz no era la misma, después de su adicción a las drogas.
Dos años más tarde lo vuelve a intentar. También vuelve a ser criticada. Ya no es la misma que vendió más de 120 millones de discos, que tenía una voz portentosa, un físico envidiable y una carrera de éxito. Algo se truncó. Su matrimonio con Bobby Brown la hundió. Maltratos, drogas y la ruina. Su hija, perjudicada, ingresó el año pasado en un centro psiquiátrico por intentar agredirla.
Parecía que resurgía de sus cenizas cuando unas imágenes con pinta de "homless", sucia y raquítica volvieron a encender todas las alarmas.
Ahora ha de lidiar con un nuevo frente. Su supuesta hermana transexual le hace la competencia. Alexis Houston lanza disco el 28 de septiembre. Su voz muy parecida, su imagen, también.
Algunas informaciones sobre ella dicen que se llamaba Wellington y que hace 4 años aproximadamente se enamoró perdidamente de un hombre, con el que se casó en las cataratas del Niágara, tras una operación de cambio de sexo.
Ya tiene en el mercado su single, Change, que está arrasando en Internet.
