Las investigaciones en las depuradoras de las diferentes
regiones confirman que el coronavirus no se transmite a través del agua y
ayudan a la detección temprana de la covid-19.
Desde la llegada de la pandemia del coronavirus en el pasado
mes de marzo, se han puesto en marcha numerosos mecanismos para ayudar a
controlar el aumento de los contagios de covid-19. Uno de los más exitosos ha
sido el estudio de las aguas residuales.
Los últimos análisis han confirmado que el coronavirus no se
transmite a través del agua. "En ningún caso hemos detectado covid en la entrada
y salida de las depuradoras, nosotros detectamos con una PCR material genético
de ese covid", explica Fernando Mendoza, gerente de Nilsa.
Las personas contagiadas por el virus del covid-19 dejan
restos en sus heces, algo detectado a posteriori en las aguas residuales y que
sirve para alertar de la presencia del coronavirus en una región.
"Con una semana, diez días de anticipación se está
detectando ese material genético en el agua residual antes de detectarlo de
forma clínica", advierte.
Las consecuencias sociales y los graves estragos económicos
causados por la crisis sanitarias han impulsado en tiempo récord las investigaciones
sobre el SARS-CoV2. "Las dotaciones de recursos que se están aportando están haciendo
que se pueda avanzar mucho más rápido que en una situación normal".
Los expertos recomiendan extender el estudio en las aguas
residuales a más regiones debido al exitoso efecto de estos análisis para
controlar la pandemia del coronavirus: "Aunque las cosas vayan bien es casi el
momento de ampliar la red de toma de muestras porque la detección en aguas
residuales está funcionando demasiado bien".
Los nuevos protocolos en el estudio de las aguas permitirán
más adelante alertar de la presencia de nuevos brotes incluso cuando haya
finalizado la pandemia del coronavirus.