Fin del mundo
Los científicos identifican un fenómeno que arrasará en pocos años con el mundo tal y como lo conocemos
Un estudio del University College London plubicado en PLOS Climate alerta de lo que pasará en poco tiempo con el mundo tal y como lo conocemos si no se toman las medidas adecuadas.
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Meteroritos, fenómenos naturales, pandemias, incluso la llegada de Dios o del anticristo han sido algunas de las formas con las que a lo largo de los años se han ido alimentando las especulaciones sobre un apocalíptico fin del mundo.
Se ha escrito sobre la desaparición de la raza humana tanto en los libros como en la gran pantalla y quizás por ese efecto del 'cuento de que viene el lobo' ahora seamos más reacios a pensar que todas estas predicciones no se fundamentan en ningún cimiento sólido. Sin embargo, científicos del University College London han llevado a cabo un estudio que ha sido publicado en la revista PLOS Climate y que apunta a que la vida tal y como la conocemos estaría cerca de cambiar.
Estos investigadores no hablan de un planeta arrasado ni de la extinción de la raza humana, lo que ellos plantean es que el mundo que conocemos hasta la fecha, pronto podría cambiar y han llegado a esa conclusión estudiando la relación entre la crisis climática que nos amenaza y los patrones de migración.
¡Cuánta veces hemos escuchado eso de 'el tiempo está loco! y qué decir ahora que en pleno mes de junio están cayendo las precipitaciones que en marzo y abril se ausentaron dando paso a temperaturas veraniegas. Los datos indican que las temperaturas de la superficie en la última década han sido las más cálidas jamás registradas y las olas de calor muy frecuentes por lo que parece una evidencia decir que el planeta se calienta.
Pero esto que así dicho parece un poco abstracto podría afectar a nuestra rutina diaria ya que las temperaturas extremas serían el impulso para muchas personas para migrar por los problemas que la escasez de agua genera, por los daños en la agricultura etc.
Pues bien, el estudio que Rita Issa lideró comenzó por revisar documentos de investigación, informes anuales, documentos de trabajo, documentos gubernamentales y literatura científica que examinaban el impacto del calor en la migración humana o el calor que experimentan los migrantes a lo largo de su viaje.
Tras analizar 32 estudios en la mitad encontraron indicios que permitían establecer una relación entre la exposición al calor y la probabilidad de que alguien emigre. Además, entre los 18 estudios que examinaron los efectos durante el viaje del migrante en todos se indicó repercusiones negativas como enfermedades relacionadas con el calor, estrés térmico y muerte prematura.
Si bien es cierto que en el estudio se aclara que no hay evidencias sobre un "umbral de temperatura" a partir del que las personas sí o sí migren sí hay datos para pensar que el calor influye en los patrones de migración.
Los autores de la investigación explican que "la migración es una respuesta adaptativa válida al calor extremo. Parte de la razón por la que no hay una temperatura determinada a la que la gente emigrará es instituir medidas adaptativas que limiten las consecuencias del calor extremo como vemos en lugares como la UEA, donde el aire acondicionado se utiliza ampliamente. Sin embargo, a menudo los más pobres y marginados siguen siendo vulnerables a las temperaturas extremas, incluidos los emigrantes".
Y esto que en principio se puede interpretar como algo catastrófico deja la puerta abierta a la reacción y a la posibilidad de poder paliar los efectos negativos de las temperaturas extremas , mediante la reducción de las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero y también pensando en la "planificación urbana, las adaptaciones ocupacionales, la modificación de los hogares y más para ayudar a disminuir los impactos del calor en la salud humana, el bienestar y la productividad".
Madrid tendrá el clima de Marrakech
Un estudio auspiciado por la Universidad ETH de Zurich y publicado en 2019 también en la revista científica Plos One ya señalaba el calentamiento de la Tierra provocaría cambios en el 77% de las ciudades tal y como las conocemos ahora.
Este estudio analizó 520 urbes de más de un millón de habitantes y pronosticaba que en esta próxima década el 77% de ellas sufrirán episodios climáticos propios de zonas más meridionales.
Estos investigadores llegaron a la conclusión de que el clima en algunas ciudades se parecerá en 2050 al que hoy tienen urbes situadas hasta 1.000 kilómetros cerca del Ecuador. Así pues la temperatura máxima en Madrid podría incrementarse 6,4 grados y la media del año 2 grados por lo que presentaría unos valores similares a los de Marrakech. La temperatura máxima en la capital británica podría subir hasta 5,9 grados en verano y ponerse a la par con Barcelona. Estocolmo como Budapest; Seattle como San Francisco; Nueva York como Virginia Beach
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