Un satélite ha captado cómo el gigantesco trozo de hielo se desprende y se adentra en el océano, flotando a la deriva.
Sus dimensiones son inquitantes: 660 kilómetros cuadrados de amplitud, un tamaño similar al de la isla de Menorca, y 500 metros de grosor.
De momento no amenaza a las rutas marítimas, y los científicos aseguran que es lo suficientemente grande como para verlo de lejos.
El glaciar comenzó a derretirse hace varias décadas, y si continúa este ritmo, podría provocar un considerable aumento del nivel del mar.