Cirugías pioneras

Vuelve a caminar tras una cirugía pionera en A Coruña: “Parece un milagro, pero es ciencia”

Volvió a caminar apenas 48 horas después de haber perdido casi por completo la movilidad.

Vuelve a caminar tras una cirugía pionera en A Coruña

Vuelve a caminar tras una cirugía pionera en A CoruñaAntena 3 Noticias

Publicidad

Ángel Meana, coruñés de 85 años, volvió a caminar apenas 48 horas después de haber perdido casi por completo la movilidad. La causa: una fractura cervical provocada por una caída en casa, que, sumada a su espondilitis anquilosante, había comprimido su médula espinal hasta casi dejarle paralizado.

La operación que le devolvió la vida no solo fue exitosa, sino que marcó un hito en la medicina española: se trata de la primera cirugía endoscópica realizada en las vértebras más altas del cuerpo, una técnica mínimamente invasiva que, hasta ahora, solo se había aplicado en Asia. En Europa, no hay constancia de otro caso similar.

"Me caí hace más de dos años. Me golpeé la cabeza, fui a urgencias, pero me mandaron para casa. Ya entonces empecé a notar que algo no iba bien con mis manos", cuenta Ángel. A pesar de acudir a revisiones, no recibió un diagnóstico certero ni un tratamiento adecuado durante año y medio. La situación fue empeorando progresivamente hasta que, en cuestión de semanas, dejó de poder caminar, comer o asearse por sí mismo.

"Pasé de salir a hacer la compra y cocinar en casa, a no poder ni abotonarme la camisa. Me daba miedo incluso atragantarme", recuerda.

Todo fue gracias a una recomendación

La solución apareció gracias a la recomendación de una vecina: una paciente operada previamente por el doctor Juan Álvarez de Mon habló de su experiencia, y Ángel decidió intentarlo. "Cuando abrí las imágenes, lo primero que sentí fue sorpresa. Era una patología extremadamente rara. En toda la carrera de un cirujano de columna, uno se encuentra con uno o dos casos así, como mucho", explica el doctor Álvarez de Mon, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital San Rafael.

El diagnóstico era demoledor: una fractura no detectada entre la primera y segunda vértebra cervical (C1 y C2) había generado una severa estenosis del canal medular. "La médula estaba muy comprimida y eso ya estaba afectando funciones básicas como la respiración, la movilidad intestinal, y, por supuesto, el movimiento de brazos y piernas", detalla el cirujano.

La técnica convencional para abordar una lesión así implica una operación de alta complejidad: apertura extensa, tornillos, riesgo de infección, sangrado y larga recuperación. Pero el equipo liderado por Álvarez de Mon optó por algo distinto: una cirugía endoscópica por vía posterior, una técnica que permite operar con una cámara a través de una mínima incisión.

"Sabíamos que en España no se había hecho en esa zona de la columna, y que en Europa probablemente tampoco. Solo encontramos algunos casos en Asia, donde los especialistas más experimentados apenas sumaban tres o cuatro intervenciones similares", señala el doctor.

La cirugía

La cirugía, que duró unas dos horas, fue realizada con anestesia general y monitorización constante de la médula por parte de una neurofisióloga. Participaron también el doctor Manuel González Murillo y los anestesistas Abeledo y Bonome.

La sorpresa llegó al despertar de la operación. "Nada más recobrar la conciencia, Ángel ya podía mover las manos y estrecharme la mano. Fue muy emocionante», recuerda Álvarez de Mon. Al día siguiente, lo pusieron de pie: había recuperado entre un 20 y un 30% de la movilidad. Dos días después, caminaba por la habitación con ayuda del fisioterapeuta, podía marcar números en su teléfono y comer sin asistencia.

Ángel lo resume con sencillez: "Estoy asombrado. Me operaron el sábado a las 7 de la mañana y el martes ya estaba en casa. No tuve prácticamente dolor, ni apenas tomé calmantes. La herida es pequeñísima".

Cuando recuerda los meses previos a la operación, Ángel no oculta la angustia: "Había perdido la esperanza. No sabía si operarme era peor. Pero cuando hablé con Juan, me transmitió una confianza absoluta. Quería que me dijera que sí, que podía hacer algo".

Y lo hizo. Con éxito. La espondilitis anquilosante, que rigidice la columna y complica cualquier intervención, no fue impedimento. Tampoco la edad ni el estado crítico del paciente. "La clave fue minimizar riesgos, planificar bien y contar con un equipo experimentado", señala el cirujano.

"Esto no es un milagro. Es ciencia. Pero es importante que se dé a conocer, porque hay otros pacientes como Ángel que podrían beneficiarse de esta técnica", reivindica Álvarez de Mon.

Por ahora, Ángel sigue recuperándose. Cada día gana fuerza y movilidad. "Estoy mejor que antes de caerme", dice sonriendo, ya de pie.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com

Publicidad