Avance científico

Una pastilla podría alargar la vida de los perros hasta un 30%: dos grandes ensayos lo están probando

Más de 2.000 perros participan en ensayos pioneros en EE. UU. que buscan alargar su vida hasta tres años más gracias a fármacos como la rapamicina y LOY-002

Imagen de archivo de un perro tomándose una pastilla.

Imagen de archivo de un perro tomándose una pastilla.Getty

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Dos de los mayores ensayos clínicos jamás realizados en animales de compañía se están desarrollando actualmente en Estados Unidos con un objetivo ambicioso: alargar la vida de los perros hasta un 30%, lo que equivale a unos tres años más de media. Esta investigación no solo aspira a mejorar la salud y longevidad de nuestras mascotas, sino que también abre la puerta al desarrollo de futuros tratamientos antienvejecimiento en humanos.

Ambos estudios parten de estrategias distintas pero complementarias. El primero, llamado STAY, está liderado por la empresa biotecnológica Loyal y administra una pastilla diaria, LOY-002, a 1.300 perros mayores, de más de 10 años y menos de 6 kilos, en más de 70 clínicas veterinarias. El segundo, TRIAD, forma parte del Dog Aging Project y está probando diferentes dosis de rapamicina, un inmunosupresor prometedor, en unos 850 perros grandes, que pesan entre 18 y 50 kilos y tienen al menos 7 años de edad.

Dos caminos hacia la longevidad canina

Los ensayos, con duraciones de entre tres y cuatro años, están diseñados para probar la eficacia de estas terapias en la salud y la longevidad de los animales. La rapamicina, descubierta en bacterias del suelo de la Isla de Pascua (Rapa Nui), es conocida por sus propiedades inmunosupresoras y por haber prolongado la vida de ratones en estudios previos. Según ha explicado Matt Kaeberlein, director del Dog Aging Project, a elDiario.es, "la rapamicina influye en múltiples procesos que tienen un papel en la biología del envejecimiento".

Esta molécula inhibe la proteína mTOR, lo que reduce la inflamación crónica asociada a la edad y activa la autofagia, un mecanismo celular que recicla componentes dañados. "Una forma simple de entenderlo es que la rapamicina restablece el equilibrio entre el crecimiento, la reproducción y la resistencia al estrés", explica Kaeberlein.

En el caso de LOY-002, su composición es confidencial, pero sus creadores aseguran que imita los beneficios de la restricción calórica, considerada una de las estrategias más efectivas para ralentizar el envejecimiento en animales. La empresa no ha revelado más datos hasta 2026, aunque en febrero de 2025 obtuvo un respaldo clave por parte de la FDA, que consideró que existe una "razonable expectativa de eficacia", primer paso hacia una futura aprobación.

Primeros resultados alentadores

Aunque los resultados definitivos tardarán aún algunos años, los datos preliminares del ensayo TRIAD son esperanzadores. "Ya hemos observado mejoras en la función ventricular izquierda", indica Kaeberlein, en referencia a una de las cámaras del corazón cuya función se deteriora con la edad. Estas mejoras solo se detectaron en los perros que recibieron rapamicina, no en el grupo placebo.

El ensayo está diseñado como un estudio de doble ciego: ni los veterinarios ni los dueños saben qué perros están recibiendo el fármaco o un placebo. Tras un año de tratamiento, los animales son seguidos durante otros dos años para observar posibles efectos en su longevidad y salud general.

Imagen de archivo de un perro tomándose una pastilla.
Imagen de archivo de un perro tomándose una pastilla. | Getty

Un modelo cercano al humano

Una de las ventajas clave de utilizar perros como modelo de investigación en longevidad es su similitud con los humanos en cuanto a entorno, hábitos y diversidad genética. "Viven en nuestro mismo entorno, muchas veces con hábitos y costumbres muy similares a las de los dueños", explica Manuel Collado, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). "Es una situación más cercana a la realidad humana que otros modelos animales".

La corta vida de los perros, además, permite evaluar rápidamente el impacto de estos tratamientos. Según Kaeberlein, si el ensayo clínico con rapamicina dura tres años en perros, equivaldría a unas dos décadas en humanos. "Si se demuestra que la rapamicina puede aumentar la esperanza de vida en perros un 30%, eso implicaría entre 12 y 24 años más en humanos, proporcionalmente".

Diferencias de enfoque, mismo objetivo

Aunque ambos ensayos persiguen la misma meta, sus impulsores tienen perfiles muy distintos. Celine Halioua, fundadora de Loyal, es una joven emprendedora de Silicon Valley que ha recaudado 150 millones de dólares en inversiones. Su perra Della, una mezcla de Rottweiler adoptada cuando ya era anciana, fue parte de su inspiración.

Por su parte, el enfoque de Kaeberlein es más académico y sin ánimo de lucro. El investigador, vinculado a la Universidad de Washington, comenzó a interesarse por la longevidad canina tras observar los efectos de la rapamicina en ratones. "Me dije: ¡Guau! Tenemos la oportunidad de retrasar el envejecimiento de las mascotas, de darles más años de vida de calidad", recuerda. Su perro, Dobby, un pastor alemán, murió hace diez meses sin completar el tratamiento, aunque alcanzó los 14 años, una edad avanzada para su raza.

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