La justicia considera que en algún momento se equivocaron
Una clínica privada deberá indemnizar a una mujer de Gran Canaria por haberle fecundado in vitro con semen equivocado. En lugar de usar la muestra que se había extraído su marido, usaron el semen de otro donante..
El Tribunal Supremo obliga al Instituto Canario de Infertilidad a pagarle 315 mil euros por el daño moral causado. Se da la circunstancia de que el matrimonio se separó después y él no está obligado a pasar la manutención porque se demostró, por el ADN, que los niños no eran suyos.
Lleva 10 años viviendo con la sospecha de adulterio.
Pero esta mujer ha podido demostrar que en la clínica donde se sometió a un proceso de fecundación in vitro, cometieron un terrible error. Usaron el semen de un donante anónimo y no el de su marido. Tuvo gemelos.
Pero en la clínica se equivocaron. El Tribunal Supremo ahora le da la razón a ella y señala que en algún momento se equivocaron las muestras de semen. Este centro privado, el Instituto Canario de Infertilidad, deberá indemnizarle ahora con 315 mil euros por daños morales. Sus hijos, un niño y una niña nacidos en 2007, nunca sabrán quién es su padre.
La pareja sospechó desde el principio que hubo algún error en la custodia del semen porque el RH de los niños era negativo, y sus progenitores son RH positivo.
Dos años después, en 2009, la pareja se separó y el padre hizo valer que los niños no eran suyos en un juicio por la manutención de los pequeños.
Y la mujer tuvo que criar a sus hijos sola. Según especialistas en fecundación in vitro, es prácticamente imposible que los protocolos fallen. En esta otra clínica aseguran que no hay margen de error.
El problema es, según el defensor del paciente, en que no hay forma de cuantificar los daños morales.
Aunque una sentencia como esta ayudará a poner más cuidado en los procesos de reproducción asistida.
