A pesar de sus dimensiones no pueden atracar barcos grandes
90 millones de euros invertidos para un puerto comercial en el que no hay tráfico de mercancías ni pasajeros. Ocurre en la localidad palmera de Tazacorte, un tranquilo pueblo de pescadores y agricultores con un muelle faraónico en el que sólo atracan veleros de recreo y los pequeños barcos de pesca. Comisarios de la Unión Europea han viajado a La Palma para investigar el asunto.
Al margen de los puertos de las capitales insulares, el de Tazacorte, en el oeste de La Palma, es el mayor de Canarias. Esta obra faraónica se ha realizado en dos fases. La primera se inauguró en 2002. La naviera Armas hizo una serie de pruebas pero no vio viabilidad comercial. A pesar de ello, el gobierno canario, con dinero de Europa, invierte 48 millones para ampliarlo. 13 años después de su inauguración, ni mercantes ni buques de pasajeros operan aquí. Al gasto global de 90 millones de euros está en el punto de mira de Bruselas.
Y un pequeño refugio pesquero. Los pescadores de Tazacorte no están contentos.
El presidente de Puertos canarios no ha querido aclarar a esta cadena porqué no hay tráfico comercial, aunque sí ha facilitado los datos económicos.
A pesar de sus grandes dimensiones, los barcos grandes de recreo no pueden atracar en batería por el poco espacio que hay entre los pantalanes.
