La policía desarticula una red que prostituía a menores en Murcia

Los teléfonos móviles han sido la prueba clave. Memorias practicamente llenas de fotografías de hasta 400 mujeres, menores de edad incluidas, que enviaban via whatsapp a la cartera de clientes. Una especie de book digital. Cientos de mensajes además remitidos a las menores. Un auténtico acoso para asegurar su captación. Discos duros repletos de imagénes e información, datos personales incluidas las predilecciones de los clientes en los ordenadores hallados en los tres pisos registrados.

La jefa, así es como la llamaban las chicas vivía en un piso en la capital murciana en el que esta mujer vivía con su pareja y su hijo, y donde elementos como una muñeca, un biberón o unas pequeñas zapatillas rosas confirman a los agentes el servicio de guardería que ofrecían a la chicas que se prostituían y tenían niños. Una de esas mujeres, la menor de edad de 17 años ecuatoriana, vivía en esta casa. Sus padres habían denunciado su desaparición el pasado mes de agosto. Tras unos meses llevando un elevado nivel de vida, sin tener trabajo, comenzaron sus sospechas. Se puso en marcha la "Operación Baúl". Tres meses después, tras intensos seguimientos y gracias al trabajo de una treintena de agentes, se localiza a la menor y a dos de los detenidos.

Se comienza a tirar del hilo de una interminable madeja con el que se ha tejido toda una red de prostitución de menores. Captadas en una discoteca, y en un centro escolar. Algunas incluso a través de los anuncios que ellas mismas habían puesto en internet ofreciéndose como camareras e incluso cuidadores de ancianos con anotaciones como abstenerse degenerados.