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APARENTES DESPROPÓSITOS

Imágenes que producen inquietud sobre la seguridad en la lucha contra ébola

No es tranquilizador lo que denuncia el médico que atendió a Teresa y tampoco las imágenes grabadas por un vecino de la urbanización en la que vive la auxiliar de enfermería. En ellas se ve como uno de los operarios que ha estado limpiando la casa se quita el mono al salir del portal, lo hace en las zonas comunes de la urbanización. Es la última imagen que hemos conocido, de los aparentes despropósitos, que se han producido.

Javier Limón, el marido de la técnico de enfermería contagiada de ébola, está aislado en la planta sexta del hospital Carlos III, donde se vigila a todos los casos sospechosos de poder contraer el virus. Pero curiosamente lo hemos visto asomado a la ventana de su habitación como cualquier otro paciente.  No presenta síntomas de la enfermedad.

Una imagen poco tranquilizadora. En el mismo hospital, en el momento en que llegó Teresa Romero, la primera infectada, hemos podido ver a personal sanitario sin ningún tipo de protección. En el pasillo sucede lo mismo. Protocolos de protección relajados o cuanto menos improvisados por una incorrecta evaluación de riesgos.

El box de urgencias del Hospital de Alcorcón donde ingresó Teresa después de comprobar que tiene fiebre alta y por tanto sospecha de ébola estuvo aislado con un precinto y aviso.

Imágenes que producen inquietud como la grabada en la urbanización donde vive Teresa. Un operario, encargado de la desinfección de alguna de las zonas comunes se quita el mono de protección al salir del portal.

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