Sequía en Vietnam

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LAS PERSPECTIVAS NO MEJORAN PARA LOS PRÓXIMOS DOS MESES

La mayor sequía en un siglo amenaza la subsistencia de miles de vietnamitas

Esta situación ha dejado sin agua dulce para el riego, la higiene y el consumo a cientos de miles de habitantes de la zona. Además, el calor ha favorecido la propagación de plagas que han terminado de arruinar miles de cultivos. La crisis agrícola ha forzado al Gobierno ha rebajar sus previsiones de crecimiento económico del 6,7 por ciento de 2015 al 5,5 por ciento para este año.

La mayor sequía en casi un siglo amenaza la subsistencia y el suministro de agua potable de cientos de miles de personas en el sur de Vietnam, donde muchos de los cultivos se han echado a perder por la escasez de agua dulce.

Le Van Hung, de 66 años, contempla desolado su plantación de arroz de una hectárea en la provincia de Ben Tre, en el delta del río Mekong, una región reputada por la fertilidad de sus tierras y donde este año se han arruinado casi todas las cosechas de arroz. "Normalmente recogemos siete toneladas en cada cosecha, pero esta vez no llegamos a 100 kilos. La planta ha crecido, pero no ha salido el grano porque el agua contiene demasiada sal", explica.

Al bajar el caudal del río por la sequía y las presas hidroeléctricas construidas en los últimos años en China y Laos, el agua marina ha ido penetrando en el cauce fluvial y ha dejado sin agua dulce para el riego, la higiene y el consumo a cientos de miles de habitantes de la zona. Además, el calor ha favorecido la propagación de plagas que han terminado de arruinar miles de cultivos.

Según la Universidad de Can Tho, la ciudad más importante de la región, cerca del 50 por ciento de los 2,2 millones de hectáreas arables del delta del Mekong sufren la salinización de las aguas. La crisis agrícola ha forzado al Gobierno ha rebajar sus previsiones de crecimiento económico del 6,7 por ciento de 2015 al 5,5 por ciento para este año.

Hung, que se ve obligado a vender como alimento para el ganado la planta seca del arroz, no sabe cómo devolverá al banco el crédito de unos 2.000 euros que esperaba sufragar con lo obtenido por la cosecha ni si tendrá suficiente para pagar a sus braceros. "Estamos cerca de la costa (40 kilómetros) y estamos acostumbrados a que entre algo de sal, pero el nivel suele ser del dos por mil y este año es de siete por mil. Nunca he visto nada igual", dice mientras señala la tierra cuarteada de su campo.

Tran Vinh Hoang, dedicado al cultivo de cocos y cítricos en el mismo pueblo, tampoco sabe cómo resistirá en los próximos meses si la lluvia no llega pronto. "Cuando abrimos el grifo de casa sale agua salada, está por todo. No nos sirve ni para lavarnos", se queja. El agricultor, de 31 años, asegura haber perdido el 90 por cien de su cosecha y sobrevive gracias a su pequeña plantación de cocoteros, que resisten mejor la sequía.

"Normalmente en una semana recogemos unos mil cocos y este año no pasamos de 250. Pero sin ellos no podría alimentar a mi familia. Hasta los patos que criamos en casa sufren la sequía, apenas crecen", se lamenta. Más allá de la crisis agrícola, la escasez de agua afecta a toda la población de la zona, que se ve obligada a comprar agua purificada para cocinar e incluso para lavarse.

"La gente anda de un lado para otro llevando bidones de agua. Unos los llevan vacíos para comprar y otros llenos para venderla", comenta Luong Ngoc Hung, dueño de un restaurante familiar en el pueblo de Giong Trom. Ngoc Hung explica que en su familia han tenido que reducir drásticamente el consumo porque no puede pagar las garrafas de agua depurada que necesitan para cocinar y hasta para su higiene. "No sé cómo pagaré el colegio de mis hijos, pero no puedo dejarles sin agua. Si se lavan con el agua corriente les salen ronchas en la piel", se lamenta.

Las perspectivas no mejoran para los próximos dos meses, los más calurosos del año, con temperaturas previstas de hasta 39 grados y sin previsiones de lluvia hasta el mes de junio. La reciente apertura de compuertas de cuatro de las mayores presas de Laos para aumentar el caudal del río es vista con escepticismo por los afectados, que aguardan con impaciencia la llegada del monzón. "No podemos hacer nada, solo esperar hasta que llegue la lluvia", dice Tran Vinh Hoang.

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