Valencia ha amanecido impregnada de la ironía y la gracia de los más de 380 monumentos infantiles que, como cada 15 de marzo, aparecen "plantados" por la ciudad para anunciar la llegada de los días grandes de las Fallas y la cuenta atrás hasta el día de San José, cuando todas sean pasto del fuego.
Será la noche del 19 de marzo cuando las llamas protagonicen la cremà como colofón a cinco días de intensa fiesta en la que el olor a buñuelos, churros y chocolate, junto con la música y la pachanga, conviven con la emoción de la ofrenda floral a la patrona y la sinfonía constante de petardos, todo ello como un anuncio de la llegada de la primavera.
Este año, el viento ha dado más de un susto a los artistas falleros y durante los últimos días media docena de comisiones han visto cómo sus monumentos han sufrido daños por las fuertes rachas, en algunos casos irreparables. Después de una noche de trabajo contrarreloj, los falleros y los artistas ya contemplan orgullosos cómo los 384 monumentos infantiles inundan de sátira y color cada rincón de la ciudad para demostrar cómo el ingenio y su voraz imaginación ha sido capaz de sortear la crisis.
Su arte efímero ha quedado expuesto para la crítica del público con representaciones tan variadas como las clásicas aventuras de cuentos infantiles, la peculiar visión del jardín botánico, el ensalzamiento de los dulces típicos valencianos o el problema del territorio del Sahara en el norte de África.
Además de estos temas, otros que se pueden contemplar en las fallas de la sección reina, la Especial, son un viaje mitológico de Ulises, una sencilla fábula sobre el equinoccio, la importancia de la luz y la electricidad, una oda a las canciones populares valencianas o una representación del clásico juego del cluedo. En conjunto, este año se han invertido en las fallas cerca de ocho millones de euros, de los que las infantiles suponen alrededor de 1,5 millones, según la Junta Central Fallera (JCF).
Mañana es el momento de las fallas grandes, cuyo gasto por monumento, según la JCF, puede variar entre los 1.250 euros en la sección 16 a los 400.000, y que un año más apuntan en su diana de la crítica a los más importante líderes políticos nacionales y extranjeros o la Casa Real.
Las tijeras como símbolo de los recortes se han convertido en protagonistas un año más, en el que los artistas han dejado patente su enojo por la subida del IVA del 8 al 21 % en el sector y su mordaz sátira contra la corrupción y la crisis, aunque el mundo del deporte y del corazón también son una excusa para su ironía. Con un presupuesto nuevamente de 25.000 euros, la falla infantil de la plaza del Ayuntamiento, fuera de concurso, cuenta un año más con el sello de la pareja de artistas Jose Luis Ceballos y Francisco Sanabria, que recrean con "La València Daurada" una fiesta que ensalza el Siglo de Oro valenciano.
Además de con arte, sátira y fuegos artificiales, la fiesta fallera se mide en otras cifras: 246 carpas montadas por las comisiones falleras, 175 puestos de buñuelos y chocolate, 230 urinarios móviles, 800 contenedores con ruedas y más de 550 calles cortadas al tráfico.
Está previsto que unos 100.000 falleros participen entre el domingo y el lunes en los dos días de la Ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad, y depositen los ramos a sus pies para perfilar el dibujo de su manto que cambia cada año y que este año representa la tradicional manteleta valenciana.
La ciudad espera recibir durante cinco días un millón de visitantes, entre valencianos, visitantes de pueblos cercanos y turistas que pernoctan en la ciudad. Según datos de la Generalitat, la ocupación hotelera alcanzará el 85 % y se espera un 10 % más de turistas a través del AVE, así como un impacto económico de 800 millones de euros.
