Publicidad

GUERRA DE DIVAS

Kesha, la última de las ‘chicas pimienta’

Lleva tatuado el símbolo del dólar para no olvidar que hasta ahora no tenía dinero. Se define como genuina frente a otras "hipócritas del pop" y fue capaz de colarse en casa de Prince para entregarle su maqueta. Kesha presenta su disco en España, el mismo con el que ha conseguido tres números uno en EEUU. Ya compite de tú a tú con Lady Gaga, Christina Aguilera o Miley Cyrus.

Kesha nos recibe haciendo flexiones. Alocada y natural, asegura que hasta que no llega ella no comienza la diversión, algo que le viene de nacimiento. Su madre se puso de parto en medio de una fiesta. "Se encontraba aburrida en casa. Llamó a un montón de amigos. Y entre música y baile vine yo", comenta.

Sus extravagancias, como su música, también son destacables: utiliza una placenta como collar para ampliar sus poderes psíquicos; asegura que le persigue un fantasma y vomitó en un armario de Paris Hilton.

"Estábamos en una fiesta y creí que era la puerta del baño". Kesha es la última en unirse a la moda de las chicas pimienta en la música. Mucha provocación, sólo hay que ver y oír una de las últimas canciones de Christina Aguilera. Algo raritas e irreverentes, en eso la maestra es Lady Gaga. Jugando a la ambigüedad.

Es imprescindible poco vestuario: lencería fina, látex y corpiños al estilo Miley Cyrus. Pero todas estas "cortesanas" son herederas de la reina, Madonna, la primera en menear sensibilidades religiosas. Y pocas como ella para rebozar sus insinuaciones entre lustrosos cuerpos. El tiempo fijará en la historia algunos nombres o dejará en el aire la purpurina gastada de algunos rostros.

Publicidad