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SEGÚN UNA INVESTIGACIÓN INTERNACIONAL

La última glaciación logró paralizar la corriente marina del Atlántico

Un amplio estudio internacional ha logrado descubrir que durante la última glaciación se paralizó la gran corriente termohalina del Atlántico, un inmenso cinturón de agua que transporta calor desde el trópico hasta el norte.

La corriente termohalina del Atlántico, un inmenso cinturón de agua que transporta calor desde el trópico hasta el norte, quedó paralizada en la última glaciación terrestre, según ha concluido una investigación internacional en la que ha participado el investigador del CSIC Joan Grimalt.

La corriente termohalina, que actualmente se calcula que tiene un caudal de entre 17 y 18 millones de metros cúbicos de agua por segundo, lo que equivale a veinte veces el caudal de todos los ríos del mundo juntos, no sólo transporta calor del trópico al norte en su superficie, sino que en la profundidad traslada agua fría del Ártico hasta el continente antártico y a los océanos Pacífico e Índico.

"Conocer las variaciones de la fuerza de la circulación termohalina en el Atlántico es una de la claves para entender los cambios climáticos del pasado", ha explicado Grimalt, científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea-Csic).

El investigador del CSIC ha participado en el desarrollo de un modelo numérico que permite deducir el caudal de la circulación termohalina a partir de la temperatura de la superficie del mar y del aire. Este modelo numérico ha sido aplicado para reconstruir acontecimientos climáticos del pasado que han confirmado los datos preliminares obtenidos mediante el análisis de sedimentos fósiles.

La investigación, que se ha publicado esta semana en la revista "Nature Geoscience", ha puesto de manifiesto que no siempre la corriente termohalina ha contado con tanto caudal de agua. Los investigadores creen que su caudal ha sido la causa de los cambios climáticos bruscos, como los que se dieron en el último periodo glacial, caracterizados por enfriamientos y calentamientos rápidos, en pocos centenares de años.

Hasta ahora, las únicas medidas disponibles que permitían aproximar la intensidad de la circulación termohalina se habían obtenido a partir de las relaciones de protactinio medidas en los sedimentos marinos y datadas con carbono-14, y, según el Idaea, se dudaba de la fiabilidad de estos resultados.

Según Grimalt, el nuevo modelo demuestra que hace entre 18.000 y 14.600 años -periodo conocido como Heinrich Stadial I- el caudal de circulación termohalina pasó de 17 millones de metros cúbicos por segundo a sólo 3 millones y se quedó prácticamente detenido. Entonces se produjeron cambios climáticos muy acentuados en un periodo relativamente corto de tiempo.

El nuevo modelo numérico permite conocer los cambios en el caudal de la corriente termohalina a partir de las temperaturas del agua y del aire, de forma rápida y sencilla, pero Grimalt se muestra cauto a la hora de pronosticar si se podrían extrapolar para prever futuros cambios en el calentamiento global del planeta.

"No se podrá prever, porque este modelo utiliza como variables unas temperaturas que están en equilibrio dinámico y ahora hay un factor que las distorsiona, la influencia humana, que está cambiando la composición de la atmósfera y está produciendo cambios muy rápidos en la temperatura", ha señalado el científico.

Esta investigación, que ha sido liderada por Thomas F. Stocker, profesor de la Universidad de Berna (Suiza), y que ha formado parte del doctorado del joven investigador Stefan P. Ritz, se ha realizado en el marco del proyecto Creaccie, financiado con recursos del programa Consolider Ingenio 2010.

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