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NADIE SE LO PODÍA CREER
Un cerrajero cometía crímenes en sus viajes de trabajo
A Santiago Simarro le acusan de dos secuestros, una violación, varios robos con violencia y tenencia ilícita de armas. Nadie de su entrono podía sospechar de él porque llevaba una vida completmente normal. Había creado su propia empresa de puertas y cerrajería.
Por el día era un marido e hijo ejemplar, un buen vecino y joven emprendedor que había creado su propia empresa de puertas y cerrajería. Pero por la noche, Santiago Simarro se convertía en un peligroso atracador, secuestrador y violador reincidente.
Aprovechando su destreza como cerrajero, compezó a perpetrar robos en viviendas. En 2011 lo hizo al menos en tres casas de Cuenca y Albacete. En uno de sus viajes por trabajo a Madrid se cruzó con una atractiva joven panameña a punto de subir a su coche. Le quitó las tarjetas de crédito, sacó dinero en un cajero y la acabó violando.
Su vecina Paqui nos explica que nadie podía esperarse esto de santiago ya que era un hombre "bastante tranquilo y parado". Habrá que ver la condena a la que es condenado después de cometer tantos crímenes.
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