PANTALLAS Y LÍMITES

Niños y móviles: Límites para el uso de pantallas

Poner límites a nuestros hijos no es nada fácil, pero es necesario e imprescindible. Se requiere de paciencia, firmeza y asertividad a partes iguales. Es importante saber marcar las líneas rojas en cuanto al uso del móvil. Te cuento cómo hacerlo.

Una adolescente con el móvil bajo la mirada de su madre

Una adolescente con el móvil bajo la mirada de su madrePexels

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El tema de establecer límites a nuestros hijos de manera asertiva respecto al uso de las pantallas resulta difícil para muchas familias. No obstante, hay que poner consciencia en cómo debemos comunicar esos límites con el objetivo de que funcionen.

Te detallo las 4 acciones más importantes que debes aplicar con tus hijos a la hora de marcar y hacer respetar los límites establecidos.

Comunicación anticipada

A veces, damos por hecho que los hijos saben lo que toca hacer, lo que se puede hacer o lo que hay que hacer porque nos parecen cosas obvias. Pero muy a menudo estas suposiciones lo único que hacen es dejar la decisión en las manos de nuestros hijos, que aún no han interiorizado los límites del todo.

En este caso, siempre es recomendable que cada cierto tiempo tengamos una conversación en familia, sin importar la edad, en la que volvamos a reestructurar y a aterrizar aquellos límites que son importantes en casa.

En relación a las pantallas concretamente, tenemos que revisar y recordar cada cierto tiempo lo más importante. Recordemos que la idea no es formular una lista interminable de cosas que no están permitidas. Entre los aspectos más destacados con las pantallas debemos hablar de:

  • Horarios permitidosde uso
  • Páginas que se pueden visitar y que no
  • Lugares adecuados en los que podemos usar los dispositivos electrónicos

Llegar a acuerdos

Conforme los hijos van creciendo se hace imprescindible no solo comunicar los límites si no también hacer que ellos mismos participen para llegar a acuerdos.

A estos acuerdos podremos llegar después de escuchar las necesidades e inquietudes que tienen nuestros hijos. No siempre podremos hacer las cosas tal y como nos las piden, pero tenerlos en cuenta suma para que se sientan escuchados y que sepan que son parte del acuerdo. Entonces, será mucho más sencillo que quieran cooperar y respeten lo acordado.

Consecuencias claras, sí o sí

Comunicar los límites, en cuanto a tiempo de pantalla y qué consumir o no, es una parte importante de la dinámica familiar, sin embargo, debemos dar un paso más y establecer o pactar lo qué sucederá si esos límites o acuerdos no se cumplen.

Es clave en el establecimiento de límites, comunicar la consecuencia que, en un momento dado, pueda ocurrir si no se respeta lo acordado. Y las consecuencias ya avisadas, deben aplicarse, aunque como padres a veces nos cueste.

Enfoque asertivo

Es muy recomendable transmitir que confiamos en ellos y en su palabra y que seamos asertivos al transmitir el mensaje. Decirles que confiamos en que aquello que les estamos pidiendo lo lograrán, puesto que ellos son capaces.

Este diálogo desde el planteamiento asertivo se escucharía más o menos así:

"Dentro de nuestro hogar, como bien sabes, hay límites. Me gustaría compartir contigo algunos puntos relacionados con los horarios de uso en cuanto a el móvil. Por ejemplo, el uso, como bien sabes, es hasta las 8 de la tarde. Confío en ti y estoy segura de que lo puedes cumplir, sé que te organizarás de tal forma que para esa hora el móvil ya lo tendrás guardado. Sin embargo, ¿te parece que acordemos qué pasará si en un momento dado esto no sucede así? ¿cuál será la consecuencia?; ¿qué opinas?"

En resumen, con un diálogo similar, les estaremos comunicando lo que esperamos de ellos, aclarando el límite con amabilidad, claridad y firmeza.

Al mismo tiempo, le estamos diciendo que no quedarán en el aire las consecuencias, si no que, nuestros hijos sabrán lo que pasará si aquello no se cumple. Jamás se le transmitirá a manera de amenaza, más bien, alentando y reforzando la confianza de que seguramente logrará cumplir con esos límites pactados en casa.

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