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¿NIÑO O NIÑA?

¿Influye el momento de tu relación sexual en el posible sexo del bebé?

El llamado Método Shettles indica que el momento de las relaciones sexuales aumenta las probabilidades de tener un bebé de un sexo y otro, pero la ciencia no lo tiene tan claro.

¿Influye el momento de tu relación sexual con el posible sexo del bebé?

¿Influye el momento de tu relación sexual con el posible sexo del bebé? iStock

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Cuando a los futuros padres de un bebé se les pregunta qué sexo prefieren la respuesta siempre suele ser “nos da lo mismo”. Y aunque sea cierto, por norma general, suele haber algunas preferencias o alguna esperanza en que sea niño o niña. No es algo nuevo, de hecho, desde siempre el futuro sexo del bebé ha sido un tema que ha llamado la atención. Así siempre ha habido quien se ha aventurado a averiguarlo según la forma de la tripa o los antojos de la madre.

Dando un paso más, hay quien se obsesiona no con adivinarlo, sino con poder elegirlo. Tanto es así que en la tradición popular existen algunos “calendarios del bebé”, como es el caso del calendario chino o del calendario maya que realizan una predicción del sexo biológico del bebé, según una tabla en la que se tienen en cuenta parámetros como la edad de la madre y el mes de concepción. De esta forma, hay quien cree que usar esta tabla puede ayudar como guía a la hora de tener más probabilidades para elegir un sexo u otro.

Más allá de las tradiciones, en internet se explica un método algo más “científico”, por el que la cercanía o lejanía del día que se tienen las relaciones sexuales con el día de ovulación darían más o menos probabilidades de tener un bebé de un sexo u otro. Es el denominado ‘Método Shettles'.

En concreto, este supuesto método afirma que, para tener una niña, lo ideal es tener relaciones sexuales entre 2 a 4 días antes del día estimado de la ovulación, mientras que para niño habría que tener las relaciones en el propio día de la ovulación. La lógica de esta idea es que el esperma con cromosoma X, el femenino, sobreviven más tiempo en el útero, por lo que si se tienen relaciones los días previos, tienen más probabilidades de llegar en más cantidad al óvulo. En cambio, según esta teoría, los Y son más rápidos pero menos resistentes, por lo que tienen más probabilidades de llegar primero, pero no de aguantar más días. Así, para aumentar las probabilidades de tener un niño habría que tener las relaciones justo el día de la ovulación y no antes.

La cuestión es, ¿qué parte de cierto tiene esta teoría? Sus defensores afirman que acierta en hasta un 75%. La ciencia, en cambio, no se ha mostrado tan de acuerdo. Así, se han hecho estudios para demostrar su fiabilidad, que no han dejado a esta teoría en buen lugar. Ya en 1995 la prestigiosa The New England Journal of Medicine analizaba la misma. La conclusión era clara: “A efectos prácticos, el momento de las relaciones sexuales en relación con la ovulación no influye en el sexo del bebé”.

Embarazo
Embarazo | iStock

Pese a ello, años después, aún no sigue apareciendo en multitud de webs especializadas. Como aclara Ana Gaitero, ginecóloga especialista en reproducción asistida, Hospital Vithas Madrid Aravaca, “Si esto fuera así, cuando en consulta realizamos una inseminación artificial (depositamos dentro del útero la fracción del eyaculado con más posibilidades de lograr embarazo en el momento justo en el que sabemos que ha existido ovulación) nacerían muchos más niños que niñas… y no ocurre así”.

La experta insiste en que hay cuestiones inexactas que aclarar sobre esta idea. “Hay que aclarar que, en cada eyaculado, el hombre deposita en el fondo de la vagina de la mujer más de 15 millones de espermatozoides móviles por mililitro. Pero es que además, en cada hombre y en cada eyaculado, cambia el porcentaje de espermatozoides con cromosoma Y y de espermatozoides con cromosoma X”. Es decir, que las probabilidades siempre son variables.

Es por ello que la experta afirma que no hay rigor científico en esta teoría. La realidad es que, aunque el tema ha generado mucho interés, pese a la supuesta sencillez del mismo, nunca se ha podido demostrar. Lo único que realmente puede asegurarse es que “Los espermatozoides pueden vivir con capacidad para fecundar dentro del aparato genital femenino hasta 72 horas y los óvulos maduros pueden ser fecundados durante 36 horas. Y dentro de los que sobreviven… hay espermatozoides con cromosoma X y espermatozoides con cromosoma Y”. Al final todo sigue siendo una cuestión de suerte.

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