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Cinco mitos del ayuno intermitente

Hay quien encuentran en el ayuno intermitente el aliado perfecto para perder peso de forma significativa sin efecto rebote. Pero no es oro todo lo que reluce.

Ayuno

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Es el patrón alimenticio del que todo el mundo habla. Una ‘no dieta’ que ha generado una nueva manera de ver la nutrición pero que, como sucede con todos los planes para perder peso, puede traer consigo efectos no deseados en lo que respecta a la salud si no se tienen en cuenta ciertos parámetros.

Para ponernos en situación, el llamado ayuno intermitente consiste en hacer ciclos entre períodos en los que se come y períodos en donde se ayuna. Una rutina versátil, fácil y adaptable a cualquier tipo de alimentación o estilo de vida, que cuenta con múltiples ventajas y resultados visibles, y que acaba de incluirse en un reciente informe como una de las cinco mejores formas de perder peso sin riesgo de efecto rebote.

Para conectar con la sensación de hambre y de saciedad que propone este plan, la clave está en introducir periodos de entre 12, 16, 18 o más horas al día en los que no se ingieren alimentos, pero sin superar las 48 horas seguidas. Es decir, siguiendo esta pauta concentraríamos el tiempo en el que comemos a 12, 8 o 6 horas para dejar funcionando o descansando el sistema digestivo el resto del tiempo.

Las fórmulas más utilizadas son la 16:8 y 12:12, aunque también puede hacerse 20:4 o incluso un día entero de no ingesta. Pero si bien algunos estudios sugieren que esta forma de comer puede ofrecer beneficios como la pérdida de grasa, una mejor salud y longevidad, otros ponen en duda su eficacia. Te contamos los mitos que circulan alrededor de este método para mantener la línea, para que no caigas en ellos si estás pensando en seguirlo.

1. Ayuda a perder peso. Sí, pero no necesariamente. “Adentrarse en el ayuno intermitente implica pasar ciertos periodos sin ingerir alimentos, esto podría bajar la cantidad de calorías que se consumen al día y contribuir en la pérdida de peso, pero todo dependerá del tipo de nutrientes que se ingieran durante el periodo de alimentación”, explican desde la marca de suplementos de salud y belleza Altrient. “El ayuno intermitente acelera el metabolismo, el cuerpo quema grasa más rápidamente y asimila mejor los nutrientes; por eso, es muy importante que estos sean los adecuados”.

2. Produce mareos y agotamiento. Es posible, sobre todo al principio. Pero es que el ayuno requiere un periodo de adaptación. “Mientras más veces ayunes, más tiempo podrás pasar sin ingerir alimentos”. Lo ideal, según los expertos, es empezar de forma progresiva, con el tipo 12:12 y adaptar al organismo al tipo 16:8. “Los líquidos como los tés, infusiones o café solo no rompen el ayuno y ayudan a reducir los síntomas de mareo y agotamiento, porque mantienen al cuerpo hidratado. También, puedes optar por suplementos liposomales que aporten vitamina C, Glutatión o Vitamina B”.

Ayuno intermitente
Ayuno intermitente | iStock

3. Baja el nivel de azúcar. El cuerpo humano está preparado para mantener estables los niveles de glucosa, por eso no es necesario comer constantemente. Durante el ayuno se liberan sustancias como el glucagón y cortisol, que se encargan de utilizar la glucosa almacenada y dotar de energía al organismo. Así que este patrón alimenticio contribuye a que no se eleven los niveles de azúcar, pero no los baja.

4. Disminuye el rendimiento deportivo. “Siempre que se mantenga el consumo de calorías necesario para cada deportista, así como los macronutrientes adecuados, no habría reducción en el rendimiento”, aseguran desde Altrient. Esto depende de muchos factores, como el tipo de actividad física que se realice, la duración del ayuno y la adaptación al mismo. Pero, en líneas generales, entrenar en ayunas favorece ejercicios de fuerza y es más efectivo para perder grasa.

5. Destruye en músculo. El ayuno intermitente acelera el metabolismo, por lo que el cuerpo quema grasa y no músculo como ocurre en otras dietas de adelgazamiento. “Solo se podría llegar a perder músculo si el cuerpo ha consumido los aminoácidos y el glucógeno y empieza a usar las reservas de proteína y músculo, pero en el ayuno intermitente se evita este proceso ya que retiene más masa muscular que en un régimen hipocalórico. Por eso es tan importante cumplir a conciencia los ciclos de ayuno e ingesta.

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