MATERNIDAD
Marta Riumbau reflexiona sobre la maternidad en solitario y cuenta por qué tomó esta decisión
A los 36 años, Marta Riumbau decidió cumplir su sueño de ser madre en solitario. Su hija Julieta ha cumplido 10 meses y la creadora de contenido ha aprovechado para sincerarse sobre el proceso de crianza como madre soltera en un extenso comunicado de Instagram.

Publicidad
Marta Riumbau es mamá en solitario, de su hija Julieta, y ahora que la pequeña cumple 10 meses ha aprovechado para responder a las preguntas que más recibe desde que tomó la decisión de embarcarse en esta experiencia: "No me preguntáis tanto por el cómo, ni por el día a día… sino por el por qué".
En su día pensaba "es un fracaso" o "si lo hago sola es porque no he encontrado a esa persona con la que compartir mi vida". Pero con el tiempo comprendió que era lo correcto: "Ojalá hubiese tomado la decisión antes, porque ella es lo mejor que he hecho en mi vida".

De pequeña soñaba con formar una familia, pero no se imaginó nunca que se convertiría en madre soltera, hasta que vio los años pasar y el plan que tenía en su cabeza de hacerlo junto a una pareja no se cumplía. Es entonces cuando dijo: "Hasta aquí, puedo hacerlo sola".
Confiesa que tener un bebé no le ha quitado libertades de poder hacer cosas, sino que se las ha sumado: "No he adaptado mi vida a la suya ni he adaptado la suya a la mía, he creado una nueva conjunta con todo lo que nos funciona". Parece que Marta está en su mejor momento, pese haber pasado por muchas etapas.
Más Celebrities
-
La Baronesa Thyssen, muy orgullosa de sus hijos, elogia a Carmen y Borja: "Ella es maravillosa, igual que mi hijo"
-
Tamara Falcó recupera una foto junto a su madre, Isabel Preysler, y Giorgio Armani en memoria del diseñador
-
María Pombo deja todo "cristalino" zanjando así la polémica por sus declaraciones sobre la lectura

Cuenta que ha eliminado la frustración de su vida: "Intento hacer las cosas bonitas, que tenga muchos recuerdos. La mayoría de veces también como de pie o con ella encima, haciendo malabares para que no coja lo que no puede comer. Tengo el brazo que ya no es mío, limpio con ella agarrada como un monito, me ducho en 30 segundos y de cuclillas porque sino entra a la ducha conmigo, grabar me cuesta mil veces más, en mitad de la noche hace la croqueta y se pone encima de mí… pero he perseguido tanto esas cosas que nada me parece tan duro. Al final del día estoy felizmente agotada".
Publicidad