¿De verdad es mejor no tomar stevia?

Así lo asegura un reciente estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal, que asegura que tomar regularmente edulcorantes artificiales incrementan el riesgo de sufrir obesidad. ¿El motivo? Ralentizan el metabolismo, incrementan el apetito y tienen un efecto negativo sobre las bacterias intestinales. Por este motivo, los consumidores habituales de aspartamo, sucralosa o stevia acaban padeciendo, asegura el estudio, un mayor riesgo de obesidad e hipertensión, y con ellas problemas cardiovasculares de diversa índole.

Y es aquí donde asoma la gran cuestión. Pero, ¿no es la stevia una planta? ¿Por qué este estudio la coloca al mismo nivel que otros edulcorantes artificiales con calorías vacías? ¿Por qué nos la venden en polvo cuando en realidad estamos hablando de una planta? El nutricionista Marc Ams nos da la respuesta: “la teoría es que la stevia que nos venden en polvo no es más que la planta triturada, para hacer más fácil su uso”, asegura, pero no es cierto. La stevia que llega a los lineales de los supermercados es, en muchos casos, una retahíla de edulcorantes químicos que llevan, en muchas ocasiones, un porcentaje de stevia que no llega al 5%. Un dato que el consumidor desconoce en numerosas ocasiones, de manera que cree estar tomando stevia cuando realmente está ingiriendo de manera diaria y regular pura química.

Esto ocurre porque hasta hace relativamente poco las autoridades sanitarias no permitían vender la stevia como alimento, pues no estaba considerada como tal, y solo podía llegar al mercado tras haber sido sometida a un proceso químico, en forma de polvos o pastillas. Ls stevia se consideraba una planta puramente ornamental. Es así como un ingrediente natural y a priori saludable llega a nuestra mesa en un formato que emula el azúcar y nada saludable, a juzgar por su composición. Y como muchas personas han estado comprando stevia –o producto edulcorados con stevia, como chocolates o bollería– creyendo que estaban tomando un endulzante natural cuando en realidad estaban ingiriendo químicos.

Pero no solo eso. “Aunque hay que fiarse relativamente de los estudios, pues en muchas ocasiones los efectos de los alimentos se testan con animales y en muchos otros se parte de unas cantidades de producto desorbitadas, que van mucho más allá de lo que cualquier persona adulta consumiría, es cierto que se han vinculado los efectos de la stevia con la infertilidad masculina en más de una ocasión”, asegura Ams. En este sentido, el nutricionista destaca que “existe una tendencia a confiar ciegamente en todo lo que es natural, cuando tampoco sabemos a ciencia cierta cuáles son los efectos de aplicar cualquier ingrediente, por más que sea una hierba, de forma superconcentrada en nuestro cuerpo”, de manera que, pese a que ahora la stevia se pueda adquirir de forma natural, sin procesar, conviene ser igualmente precavidos a la hora de consumirla.

¿Cuál es la solución, pues? ¿Podemos tomar stevia en formato natural? Ams lo tiene claro: “yo prohibo los edulcorantes a mis pacientes”, afirma. “De hecho soy un gran detractor del concepto edulcorante ya que significa que tenemos la necesidad de aportar un sabor dulce de manera artificial y de reducir las calorías de forma igualmente artificial, y no se trata de eso”. Se trata, y nos lo dice el más puro sentido común pero a veces es necesario que alguien nos lo recuerde, “de intentar acostumbrar el paladar a los sabores de los alimentos, poco a poco, y de llevar una alimentación equilibrada que no nos obligue a vivir contando calorías”, asegura. Se trata de comer bien, ni más ni menos, y alguien que come bien no necesita contar calorías. Ni tomar stevia.