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En "conserva" y en versión cóctel

Las torrijas que tu abuela no hará

Vait pastelerías y Nunos se sacan de la manga dos versiones insólitas del dulce de Semana Santa. Mientras que unas van en conserva, las otras se presentan empapadas en cócteles premium.

Sí, sí, aunque no lo parezca, es una torrija.

Sí, sí, aunque no lo parezca, es una torrija.Cocinatis

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Pan empapado en leche y frito. Y, ocasionalmente, un poco de vino. Esta es la receta de torrijas que todos tenemos en la cabeza y estábamos convencidos de que aquí sí que no era posible innovar. Esferificaciones, espumas y demás con cualquier otra cosa, pero, ¿con torrijas? Vamos anda...

El año pasado, José Fernández, maestro pastelero de Nunos (Narváez, 63, Madrid) ya nos dio un aviso en forma de torrijas que emulaban las tapas españolas más tradicionales. Alucinamos cuando veíamos una tosta de morcilla y al hincar el diente nos topábamos con una pieza de exquisito chocolate sobre una torrija perfectamente elaborada. Fernández nos engañó varias veces a nuestros ojos con (per)versiones dulces del pincho de tortilla o de la ensaladilla rusa. Trampantojos que estaban de muerte y que llegaban a hacerte dudar de tus papilas gustativas. El genio de Nunos regresa este año convencido de que siempre se puede innovar y supera su órdago del año pasado con torrijas “en conserva”. Que sí, que ya sabemos que nadie va a esperar a comerse una en diciembre por muy enlatada que esté, pero es que esto es solo un juego.

Torrijas en mermelada de limón, en frutas en almíbar, en queso tipo Petit Suisse, en yogur de chocolate, en salpicón de manzana y en escabeche de frambuesa o de naranja forman la colección limitada. Recetas todas inspiradas en técnicas culinarias saladas y que, efectivamente, no dejan indiferente. Es el caso de la que va en “escabeche” de frambuesa y que lleva, además, pimienta rosa de Curepipe, pimienta verde de Penja y vinagre balsámico transparente de 5 años. La tipo Petit Suisse se presenta en el mismo envase del que a todos nos daban dos e incluye queso azucarado para asemejarse lo máximo posible al sabor del lácteo. Lo mejor de todo son las risas que nos podemos echar con la familia cuando, a la hora del postre, le saquemos una “lata” y le expliquemos que ahora toca eso. Hasta que no tiren de la anilla, pensarán que les vamos a poner sardinas en escabeche con el café. Y probablemente nos le haga mucha gracias, así que mejor no alargar mucho la broma.

Otros que también apuestan por la innovación son los reposteros de Vait, con varios establecimientos en la Comunidad de Madrid, que elevan a un nuevo nivel el concepto de torrija borracha. Cada una de ellas viene con un toque incorporado de algún destilado premium. Es el caso de la torrija de ron Zacapa Centenario 23
 o la llamanda  Cosmopolitan, con un pelín de Vodka Ketel One, y que permite fantasear con la posibilidad de que Carrie Bradshaw viviera en Chamberí en lugar de en Manhattan. ¿Quién quiere un cupcake cuando puede meterse entre pecho y espalda una torrija como Dios manda?

La gama se completa con una torrija Margarita (con tequila Don Julio), la Golden Apple, donde nos vamos de copas con un toque de Johnnie Walker Gold, la Buillet Bourbon Julep, con sabor al sur de Estados Unidos, o quizá la más compleja, la que incorpora Baileys Chocolat y Cardhu de 12 años, ideal para los locos del cacao. Cada una de estas torrijas viene con una pequeña pipeta, con el objetivo de darles el último toque antes de llevárnosla a la boca. Por si queremos cargarlas un poquito más, vaya. Que estamos en fiestas.

Ojo, que tanto en Nunos como en Vait, además de estas variedades, tenemos también a nuestra disposición las torrijas de toda la vida: sin más aderezo que su propia perfección. Que sí, que nos gusta probar, jugar y experimentar, pero que hay tradiciones que son difícilmente mejorables.

 

 

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