CONSEJO DOMÉSTICO
Por qué no debes dejar la puerta del horno abierta tras cocinar: riesgos para la seguridad y daños en la cocina
Abrir la puerta del horno tras cocinar puede parecer inofensivo, pero los expertos advierten que esta costumbre puede dañar los muebles y aumentar el riesgo de accidentes en casa.

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Es común que muchas personas, al terminar de cocinar, dejen la puerta del horno abierta para que se enfríe más rápido. Sin embargo, esta práctica puede ser más perjudicial de lo que parece y los expertos no la recomiendan.
Los hornos actuales están diseñados con sistemas de ventilación que ya se encargan de expulsar el calor de forma controlada. Abrir la puerta no acelera mucho más el proceso, pero sí puede generar otros problemas en la cocina.

Uno de los principales riesgos es el daño que puede causar en los muebles cercanos, sobre todo si son de madera o tienen acabados laminados. El calor que sale directamente del horno puede deformarlos con el tiempo. También puede afectar a las paredes o al papel pintado, provocando humedad o deterioro por el exceso de vapor.
Además, está el factor seguridad. Dejar la puerta del horno abierta aumenta el riesgo de accidentes domésticos, especialmente si hay niños pequeños o mascotas en casa. Un simple despiste puede terminar en una quemadura.
Por todo esto, los especialistas en seguridad y mantenimiento recomiendan dejar que el horno se enfríe con la puerta cerrada. Es la forma más segura de alargar su vida útil, proteger los muebles y evitar situaciones peligrosas.
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Aunque abrir la puerta pueda parecer una buena idea, lo cierto es que los inconvenientes que puede generar no compensan. La próxima vez, mejor cerrar el horno y dejar que se enfríe solo. Tu cocina y tu familia lo agradecerán.
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