Restaurantes bajo tierra

Encontrar la Bodega de los Secretos no es sencillo. El Barrio de las Letras de Madrid tiene algo de laberinto. Vale, todo el mundo conoce las calles más conocidas como Cervantes o Echegaray. El problema llega cuando hay que ponerse a buscar calles pequeñas, con apenas una docena de números. En una de estas se encuentra la Bodega de Los Secretos. Una puerta y unas escaleras por las que se baja.

Este restaurante subterráneo ocupa una serie de galerías interconectadas entre sí que datan del siglo XVII. La historia se respira en una ubicación que ha servido de escenario de rodajes, tanto de cine como de series. Antes de sentarse a cenar, el personal de sala tiene mil historias que contarte: desde cómo esa fue la primera bodega que abasteció al barrio, de su pasado como refugio del ataque de las tropas napoléonicas o de su uso como búnker antibombardeos durante la Guerra Civil. Gracias a un vecino de cierta edad, descubrieron incluso un pasadizo que lo conectaba directamente con la ubicación actual del Museo Reina Sofía. Actualmente está sellado, pero permanecen a la vista algunos otros que hacen que nos demos cuenta de ese gran laberinto que discurre por debajo de nuestros pies cuando caminamos por el centro de Madrid.

El ambiente refuerza la sensación de intimidad gracias a una luz tenue y una disposición de las mesas que hace que en cada hueco prácticamente se ubique una sola. En contraste, la carta apuesta por la cocina mediterránea de vanguardia, con apuestas como el tartar de atún rojo con algas, ensaladas con ventresca o con queso de cabra o croquetas, tanto de boletus como de jamón. Entre los pescados, destaca el timbal de Rape con  ibérico y teja de queso parmesano, mientras que por el apartado cárnico, está bien el rulo de rabo de toro con salsa de garnacha. El mejor postre es hacer un tour por el laberíntico restaurante para sentirse parte de la historia, algo no muy común hoy en día, por el abuso de los locales despersonalizados.

Sin embargo, la Bodega de los Secretos solo es uno de tantos locales que, excavados bajo tierra, explotan el filón del Madrid underground. En la misma línea, está Las Cuevas de Sandó, un local que se asienta bajo el hotel Mercure en Santo Domingo, y que funciona como afterwork y sitio oculto para escapar del mundanal ruido y esconderse, al menos durante unas horas. Con toda la piedra vista, es además el lugar ideal para soportar el calor veraniego, con una temperatura constante de 20 grados cuando en Gran Vía el termómetro de Schweppes pasa de los 30.

Pero hay más locales que invitan a bajar y a bajar… Las Cuevas de Sésamo, en la calle Príncipe, son un popular sitio de encuentro de jóvenes universitarios, Erasmus locos por la sangría y guiris con ganas de conocer sitios típicos. Eso sí, en verano hace un calor de los demonios y se suda la gota gorda. Mucho más fresquito resulta el mítico Bar Hawaiano de la Plaza de Santa Ana, donde uno puede tomarse un Mai Tai o alguna de sus inidentificables bebidas de color azulado. Cuando uno comienza a bajar por la escalera se llega a pregunta si acabará llegando al centro de la tierra. No es para tanto, pero, entre los loros y los collares hawaianos, uno sí que puede sentirse transportado a otro mundo.

Bodega de los Secretos. San Blas, 4. Madrid. Teléfono 914 290 396. http://www.bodegadelossecretos.com/

Las Cuevas de Sandó. Plaza de Santo Domingo, 13, Madrid. Teléfono 915 479 911. http://cuevasdesando.com

Las Cuevas de Sésamo. Príncipe, 7. Teléfono 914 29 65 24.

Bar Hawaiano Mauna Loa. Plaza de Santa Ana, 13. Teléfono 914 29 70 62.