En una terraza en el centro de Madrid
¡Nos vamos de barbacoa urbana! A The Hat
Por 15 euros, barbacoa de carne y bebida. Y con unas vistas espectaculares. ¿Quién da más? Eso es lo que ofrecen en la azotea de The Hat, el hostel más 'cool' de Madrid, durante todos los sábados de este otoño.
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Si hoy es sábado y estamos en Madrid, toca barbacoa. ¿Quién decía que son solo para el verano? La terraza invernadero de The Hat organiza este otoño las mejores fiestas-barbacoa de la capital. Todos los sábados a partir de las 13:30 horas y por solo 15 euros por persona, madrileños y turistas podrán disfrutar de hamburguesas de buey de Ávila y brochetas de pollo hechas al momento en parrilla de carbón, en el mejor ambiente y en pleno centro de Madrid.
The Hat abrió sus puertas como un concepto distinto y funcional de alojamiento urbano que ofrece los servicios y la calidad de un hotel en el ambiente de los hostels internacionales más cosmopolitas. Un espacio comprometido con la cultura, el ocio local y el medio ambiente que ha conseguido, no solo atraer al viajero moderno sino también, convertir su terraza en un punto de encuentro para los madrileños. Y lo ha hecho gracias a una ubicación privilegiada (en el cielo de La Latina, con excelentes vistas panorámicas a la ciudad) y a una agenda cargada de planes para disfrutar en cualquier época del año. En este verano que acaba de terminar, sin ir más lejos, Triciclo ofrecieron cenas en este espacio tan molón.
La propuesta de The Hat para este otoño es una barbacoa urbana que se desarrolla desde las 13:30 horas hasta las 17:00 horas. Madrileños y turistas pueden disfrutar de una tarde de barbacoa que incluye bebida, un surtido de ensaladas, hamburguesas de buey de Ávila con cebolla caramelizada, brochetas del pollo campero con verduras, música y mucha diversión. Todo ello al aire libre o en el invernadero de la terraza por si refresca, llueve o hace mucho calor.
La terraza de The Hat, seleccionado por el periódico británico 'The Guardian' como uno de los 10 mejores hostels de Europa, es un espacio que, desde las alturas, permite ver desde el entresijo de tejados y corralas de La Latina hasta la cúpula de San Isidro. Dispone de una zona acristalada y su decoración mezcla antiguas columnas de forja, elementos 'vintage', plantas y una gran rueda de un antiguo molino.
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