RÁPIDO Y SENCILLO

La mejor forma (y la más fácil) de aliñar un tomate

A veces, los platos más sencillos son los que más sorprenden. Por ejemplo, aliñar unos gajos de tomate no tiene ningún secreto, pero no importa solo qué se usa, sino cómo se usa. A continuación, descubre la mejor forma y la más sencilla de aliñar el tomate.

Tomates aliñados

Tomates aliñadosFreepik

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En un mundo gastronómico cada vez más repleto de recetas sofisticadas y técnicas complejas, a veces olvidamos que la verdadera magia de la cocina puede encontrarse en lo simple. Una muestra de ello es la receta que Amaia Zabala (@cocinaconamaia), cocinera y creadora de contenido culinario, ha compartido recientemente con sus más de 209.000 seguidores en Instagram. Se trata de un aliño minimalista, pero lleno de sabor, para acompañar uno de los ingredientes imprescindibles: el tomate.

Esta receta, pone en valor los sabores naturales del tomate maduro y los realza con apenas dos elementos básicos: aceite de oliva y sal de escamas. Pero no se trata solo de qué se usa, sino de cómo se usa. Y ahí es donde reside el secreto de esta receta que, a pesar de su sencillez, es capaz de elevar un plato básico a una experiencia culinaria profesional.

Tomates aliñados
Tomates aliñados | Freepik

Ingredientes

  • Tomates
  • Aceite de oliva
  • Sal de escamas al gusto

Paso a paso, fácil y sin complicaciones

1. Los tomates se cortan primero por la mitad y luego en gajos. Una vez listos, se colocan en una fuente o bol amplio y se espolvorean generosamente con sal en escamas, que realzará su sabor sin enmascararlo.

2. Una vez sazonados, se dejan reposar entre 10 y 15 minutos. Este paso es crucial. Durante este tiempo, el tomate comienza a soltar su jugo, que se mezcla con la sal y se convierte en una especie de caldo natural. Este líquido es la esencia del aliño.

3. Pasado el tiempo de reposo, los tomates se retiran de la fuente y se distribuye en el plato en el que se van a servir.

4. El jugo que ha quedado en el fondo se recoge y se vierte en una pequeña botella o tarro con tapa. A este jugo se le añade un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Se cierra el recipiente y se agita bien para que la mezcla emulsione ligeramente.

5. Finalmente, con este líquido se vierte por encima de los tomates ya emplatados, y realza el sabor del plato.

¿Para quién es esta receta?

Esta receta es perfecta para quienes valoran la cocina sencilla, pero llena de sabor. Ideal también para cocineros principiantes por su facilidad y cero margen de error. Funciona perfectamente como entrante ligero, guarnición para carnes o pescados, o incluso como plato único en los días calurosos de verano.

Es uno de los platos que lo dicen todo, menos es más. Porque a veces, lo más simple es también lo más delicioso.

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