UN SUEÑO HECHO REALIDAD

La casa de María Pombo y Pablo Castellano, en Cantabria, tiene una galería abierta al jardín desde donde ven vacas

Casavaca es el sueño hecho realidad de María Pombo y Pablo Castellano. La pareja ya nos hizo un house tour cuando la acabaron, pero ahora, la influencer ha enseñado una estancia que es ideal para disfrutar en verano.

María Pombo y Pablo Castellano

María Pombo y Pablo CastellanoGtres

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María Pombo y Pablo Castellano han cumplido un "sueño", como ellos dicen, con la casa que se han construido en Galizano, el pueblo de Cantabria donde la influencer ha veraneado toda su vida y que fue el escenario donde se casó con Pablo.

Tras barajar diversas opciones, María y Pablo escogieron el nombre que le pondrían a su hogar: Casavaca. Está situada en medio de un prado en el que se pueden ver animales pastando y una de las características de su interior son los techos altos y la decoración que combina lo rústico con lo moderno. Su amplio salón, la cocina y el olivo familiar son otros de los aspectos a destacar.

Tras un año disfrutando de las vacaciones allí, María ha compartido en su perfil de Instagram otro de los rincones de esta casa que quedaba por ver.

Una galería abierta al jardín

Estar dentro de casa, pero disfrutando a la vez de la frescura del exterior. Así se podría definir esta estancia, un espacio perfecto para relajarse, compartir comidas o charlar con los amigos mientras contemplas las vistas panorámicas al campo. Un interior que se abre al paisaje y lo hace parte de la casa. Que predominen la madera y los tonos marrones no es casualidad.

Los grandes ventanales de hierro negro y el hecho de que no haya pared en uno de los lados hace que entre toda la luz e ilumine el espacio. Como en el resto de la casa, el techo es alto, con vigas de madera a la vista pintadas de color gris oscuro que contrasta con la madera de las aspas del ventilador que cuelga.

Hay un banco en forma de L pegado a la pared con unos cojines a rayas verdes y rosas, un color muy distinto al del resto del espacio. Esto provoca que, sin duda, sea un punto de atención al entrar. Tiene, además, unos cojines blancos decorativos. Para aprovechar al máximo el ángulo que queda entre un banco y otro, justo en la esquina han puesto una pequeña mesa con una lámpara.

Delante de los bancos hay una mesa baja de madera rústica y al lado del banco más pequeño, una mesilla redonda.

En el centro de la galería hay una mesa redonda de comedor que han cubierto con un mantel de rayas verdes y blancas. En la foto, se ve que en aquel momento tenían la mesa preparada para comer, con una vajilla blanca con motivos florales y copas de cristal. En el techo, encima de la mesa, han colocado una lámpara de mimbre.

Las sillas de alrededor son de madera clara y de estructura ligera, con el asiento y el respaldo tapizados con una tela blanca y unos ribetes verdes y rosas iguales que los cojines de los bancos para dar conjunto a los dos elementos.

El suelo está formado por ladrillos colocados en espiga de color rojizo terroso, que le da un toque rústico y elegante. Que se potencia todavía más con la alfombra de fibras naturales que lo cubre.

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