¿Dejar de fumar engorda?

Cuando una persona deja de fumar su cuerpo experimenta diferentes cambios fisiológicos y psicológicos que pueden conducir a ganar peso. Los expertos afirman que no hay que alarmarse porque es un aumento de peso temporal, ya que son kilos que se pueden perder sin demasiada dificultad, y los beneficios para salud que conlleva dejar el tabaco son infinitamente mayores que el aumento de peso que se produce.

Un estudio realizado por la revista British Medical Journal demostró que se engorda, de media, entre 4 y 5 kilos el primer año después de dejar el tabaco. Unos kilos que con alimentación, ejercicio y llevando una vida saludable se pueden perder sin problemas.

¿Por qué engordamos al dejar de fumar?
La responsable del aumento de peso es la nicotina. Se trata de una sustancia que actúa sobre una enzima relacionada con el apetito y el gasto energético. De modo que acelera la quema de calorías y crea sensación saciedad. 

Cuando una persona deja de fumar, el cuerpo elimina poco a poco la nicotina. El metabolismo se normaliza y, por tanto, se reduce la cantidad de calorías que se queman y se pierde esa sensación de saciedad. Todo esto hace que la báscula lo note en muy poco tiempo.

Además, la nicotina genera adrenalina y, cuando dejamos de consumir esta sustancia, nuestro cuerpo nos pide consumir más glucosa para calmar la ausencia de adrenalina. Es decir, el cuerpo te pide alimentos con más calorías.

A esto hay que sumarle el factor psicológico de dejar el tabaco. Al dejar de fumar, se sufre síndrome de abstinencia que genera ansiedad, estrés y hace que se coma más.

Dieta para dejar de fumar sin engordar
Los nutricionistas coinciden en que con unas pautas saludables se puede dejar de fumar sin ganar peso y, si se engordan algunos kilos, éstos se pueden hacer desaparecer en poco tiempo. Estas son sus recomendaciones:

Haz cinco comidas al día y no te saltes ninguna. Te ayudará a evitar el hambre y a mantener el metabolismo activo. Debes hacer tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos más ligeras (almuerzo y merienda).

Evita, en la medida de lo posible, las grasas, dulces e hidratos de carbono. No hay que eliminarlos por completo de la dieta, pero sí moderar su consumo.

Opta por picoteos sanos. Es posible que los primeros días, después de dejar de fumar, sientas la necesidad de comer a todas horas. Cuando tengas un ataque de hambre entre horas, elige picoteos sanos a base de fruta y snacks saludables, o recurre a caramelos o chicles sin azúcar.

Beber abundante agua durante todo el día te ayudará a sentir saciedad y a eliminar la nicotina del cuerpo.

Nunca puedes olvidarte de hacer ejercicio regularmente que, además de ayudarte a no engordar, hace que tu cuerpo libere endorfinas, por lo que te ayudará a relajarte y sentirte mejor. ¿Sabías que una hora de ejercicio aeróbico quema las mismas calorías que un paquete de tabaco?

Con todos estos consejos y recomendaciones es posible dejar de fumar sin que la báscula te castigue con unos kilos extra.