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Congelar el pan y después tostarlo: un hábito con muchos beneficios para la salud intestinal

El pan es uno de los alimentos que nunca falta en la mayoría de los hogares. Más allá de ser un acompañante básico en nuestras comidas, una práctica sencilla como congelarlo y luego tostarlo puede ofrecer beneficios inesperados para la salud intestinal, según expertos en nutrición.

Pan congelado

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Si hay un alimento que no puede faltar en casa y acompañar en todas las comidas, ¡es el pan! Aunque hoy en día existen muchas variedades y tipos, desde pan de centeno hasta integrales, todos tienen algo en común: están compuestos principalmente por harina, agua y sal. Son una importante fuente de hidratos de carbonos que nos aporta energía y forman parte de la dieta diaria de millones de personas. Pero más allá de su papel tradicional en la mesa, hoy te contamos cómo una práctica tan sencilla como congelar el pan puede aportar beneficios sorprendentes para la salud intestinal.

Rebanada de pan
Rebanada de pan | iStock

Congelar el pan es una práctica común en muchos hogares para evitar que se estropee rápidamente, pero ahora se ha descubierto que esta costumbre tiene beneficios adicionales para la salud intestinal. La nutricionista Carlota Serra explica que al congelar el pan, el almidón presente en la harina (que constituye aproximadamente el 80% de su composición) experimenta un proceso de retrogación. Esto significa que el almidón se compacta y se convierte en una especie de fibra que el intestino no puede digerir completamente.

Este fenómeno, conocido como efecto prebiótico, es beneficioso para las bacterias "buenas" del colon, ya que utilizan esta fibra para producir butirato, un compuesto esencial para la salud del tracto digestivo y que, entre otras funciones, ayuda a prevenir la inflamación.

Pan congelado
Pan congelado | iStock

Pero eso no es todo: tostar el pan después de descongelarlo potencia aún más sus beneficios, según señala la experta. El proceso de tostado genera melanoidinas, compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que también ejercen un efecto prebiótico.

Pan tostado
Pan tostado | Agencias

En definitiva, congelar y tostar el pan es un gesto simple que va mucho más allá de conservarlo: es un aliado para cuidar nuestra microbiota intestinal y potenciar nuestra salud digestiva. Incorporar este pequeño hábito en el día a día puede marcar la diferencia y ayudarnos a sacar el máximo partido a uno de los alimentos más queridos en nuestra mesa

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