LA NEOFOBIA DIFICULTA QUE LLEVEMOS UNA DIETA EQUILIBRADA
Cómo superar el miedo a probar nuevos alimentos
El miedo a probar nuevos alimentos, o neofobia, hace imposible llevar una dieta variada y equilibrada. Aprende a superar este problema.
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El rechazo a probar nuevos alimentos es una fobia típica del desarrollo infantil, que surge en niños que tienen entre dos y tres años de edad. Suele remitir al cumplir cinco años, aunque no siempre es así. Los niños que sufren neofobia muestran signos de angustia y ansiedad, un comportamiento que, si no desaparece con la edad, también puede presentarse en la edad adulta.
Las personas que padecen este problema asocian determinados alimentos con la sensación de peligro, de malestar o con una experiencia muy desagradable.
La alimentación de las personas que sufren neofobia presenta deficiencias nutricionales y es muy poco variada. Diferentes estudios demuestran que su rutina alimentaria está basada en un exceso de alimentos que deberían consumirse únicamente de forma ocasional y un rechazo a tomar futas y verduras, dos ingredientes que deberían formar parte de la dieta diaria.
¿Hay que presionar a los niños para que coman?
Muchos padres, cuando sus hijos se niegan a probar ciertos alimentos, tienden a presionarles para que los tomen. Los expertos coinciden en que este comportamiento afecta negativamente a los niños y con él se consigue el efecto contrario, aumentan los niveles de neofobia en los niños y la frustración de los padres.
Diferentes psicólogos afirman que es fundamental que los padres y madres tengan paciencia para que los casos de neofobia infantil no vayan a más y los niños los superen antes de llegar a la edad adulta.
Una buena forma de evitar este problema es intentar crear un ambiente distendido en la mesa, donde todo el mundo se sienta a gusto y vea la hora de comer como un momento de disfrute en familia.
Hacer partícipes a los niños tanto al a hora de hacer la compra como del proceso de elaboración de los platos, ayuda a que se vayan familiarizando con la comida y con los diferentes ingredientes que, a priori, son desconocidos para ellos. Después, cuando esos ingredientes llegan a la mesa les causan mucho menos rechazo.
También es fundamental que los padres sean un ejemplo para sus hijos, no se puede pretender que un niño coma fruta cuando sus padres no la comen habitualmente.
Y en adultos…
Cuando esta fobia llega a la edad adulta, en muchos casos es necesario recurrir a la ayuda de un psicólogo para superarla. Estos son algunos de los consejos más comunes a la hora de tratar este problema:
Lo mejor es ir incluyendo nuevos alimentos en la dieta poco a poco para ir abriendo la mente y evitar sufrir situaciones de ansiedad.
Una de las medidas que ayuda a superar este problema es cocinar de forma habitual y familiarizarse con los diferentes alimentos. Al igual que ocurre con los niños, cocinar diferentes ingredientes va abriendo la mente y hace que se acabe con parte del rechazo a los alimentos. Por lo tanto, luego es más fácil sentirse predispuesto a probar platos con ingredientes nuevos.
Los psicólogos suelen enseñar a sus pacientes diferentes técnicas relajación para que se enfrenten sus fobias. Es fundamental tener ideas positivas a la hora de enfrentarse a un alimento que causa miedo.
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