Come con la cabeza
Comer con 'Mindfulness', el último consejo para una buena alimentación
Hasta ahora, la mayoría de las dietas hacen hincapié en lo que comemos para determinar si tenemos una buena alimentación o no: ahora, una nueva teoría va más allá: se trata de comer con 'mindfulness', que se centra en el cómo comemos más que en el qué.
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¿Cuántas veces te has sentado a comer enfrente de la tele (ante un derby, Eurovisión, el último capítulo de Juego de Tronos o cualquiera que sea tu vicio) con una fuente llena de patatas fritas y una hamburguesa? Seguro que a los 20 minutos de haber empezado a masticar has mirado alrededor tuyo para darte cuenta de que habías acabado con todo... Eso se llama engullir y, creenos, no tiene nada que ver con una alimentación saludable. Del mismo modo, el estrés, la frustración y otros factores emocionales convierten muchas veces el acto de comer en una tarea automática en la que no disfrutamos en asboluto de la comida. Ahora, un nuevo enfoque propone una aproximación a la salud nutricional desde el mindfulness, basado en el 'cómo' comer y no en el 'qué'. Detrás de esta idea están Artiem Fresh People, creadores del proyecto gastro sostenible APORTAM.
En otras palabras, se trata de comer con la cabeza. Para ello, desde Artiem nos proponen un decálogo de consejos que conviene recordar lo que vamos a hacer cuando nos sentemos a la mesa.
- Antes de empezar conecta con tu respiración en cuanto te sientes; esto te recordará dónde estás y lo que vas a hacer.
- ¡Pon atención! Descubrirás que los sabores de la comida en contacto con tus papilas gustativas cambian y varían de intensidad a medida que vas masticando, incluso después de haber tragado puedes disfrutar de nuevos matices.
- Dales a los alimentos el tiempo que merecen para desplegar todo su sabor. No introduzcas más en la boca cuando aun estás masticando. En Turquía hay catadores de agua capaces de distinguir la fuente de que proceden tan solo probándolas.
- Presta máxima atención al olor. El olfato juega un papel decisivo a la hora de disfrutar de una comida y si no prueba a taparte la nariz cuando vayas a degustar tu plato favorito.
- Observa la presentación, los colores y texturas de los alimentos. Son un elemento más que no debes dejar de disfrutar. Hay que detenerse a mirar el plato.
- Come despacio y de forma moderada para evitar que el punto de saciedad pase inadvertido. A medio plazo, ignorar este momento en el que ya estamos llenos nos hará engordar y conllevará que la comida nos siente mal
- Intenta compartir el momento de la comida con familiares o amigos.
- Elige productos que sean saludables para tu organismo pero también para tu planeta. Procura apoyar al productor local. Pueden ser un poco más caros pero el coste para el planeta y el coste humano y social, que también son importantes, son mucho menores. La energía para transportarlos así como los contaminantes vertidos a la atmósfera son menores.
- Desconecta los aparatos mientras comes: apaga la televisión, guarda el móvil, cierra el portátil. El tiempo reservado a la comida es exclusivamente para comer.
- ¿Qué ocurriría si aplicásemos la misma curiosidad y tesón en saborear todas nuestras experiencias placenteras, no solo las gastronómicas? ¿Te lo imaginas? No te lo imagines ¡Hazlo!
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