SIN DARNOS CUENTA
Pon solución a estos 5 hábitos invisibles que envejecen más rápido tu piel (y no sabías)
Expertas cosmetólogas nos explican 5 factores cotidianos que nos roban la juventud antes de tiempo. Te enseñamos qué puedes hacer para combatirlos y poner punto final al envejecimiento prematuro visible en el rostro facial.

Publicidad
Nos pasamos gran parte de la vida cuidando nuestra piel: usamos jabones especiales, cremas hidratantes, exfoliantes, sérums y vitaminas; nos preocupamos a diario por las arrugas y manchas que podrían aparecer en el futuro; y seguimos rutinas de skincare con disciplina, sin saltarnos ni un solo paso, todos los días de la semana.
Pero la salud de nuestro rostro va mucho más allá de los productos que nos aplicamos por la mañana y antes de dormir. Los hábitos que adoptamos en el día a día también influyen directamente en el aspecto y envejecimiento de nuestra piel. Sabemos que costumbres como no usar protector solar o fumar perjudican visiblemente el rostro. Sin embargo, existen otros 5 hábitos, de los cuales no somos tan conscientes y muchas veces pasamos por alto, que también contribuyen al envejecimiento prematuro.
Deja de tocarte la cara con las manos

Tenemos una facilidad tremenda para llevarnos las manos a la cara: apoyamos la cabeza, nos rascamos los ojos, nos acariciamos el rostro... Según la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, nos tocamos la cara unas 23 veces por hora. Cada una de esas veces estamos llevando bacterias directamente a nuestra piel.
Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode, advierte que "al tocarnos tanto la cara, llevamos a la piel numerosas bacterias provenientes de nuestras manos, las cuales están en contacto, a su vez, con otras fuentes de microorganismos". ¿El resultado? Brotes de granitos, irritaciones y, a la larga, un envejecimiento cutáneo acelerado por inflamación. "No solo por el acné, sino también por rojeces o sensibilidad", añade la experta.
La solución está en ser más conscientes y evitar llevarnos las manos al rostro sin necesidad. Tu piel lo agradecerá con menos rojeces y una textura más uniforme.
No masajees demasiado tu rostro durante el skincare

Tenemos la costumbre de darnos buenos masajes cuando nos aplicamos las cremas y los sérums durante nuestras rutinas faciales. Es común creer que masajear enérgicamente los productos cosméticos ayuda a que penetren mejor en la piel. Pero no es del todo cierto.
Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, explica que cuando nos aplicamos los productos cosméticos, acostumbramos a masajearnos muy fuerte y durante mucho rato, "moviendo en exceso los músculos faciales". La experta asegura que "esto conlleva una aceleración del envejecimiento en la piel", ya que, "al mover los músculos, propiciamos la aparición de arrugas por repetición, aceleramos el metabolismo cutáneo y la microcirculación de la zona, algo que puede desencadenar irritaciones o granitos".
El consejo de la experta es claro: "aplicar los cosméticos de manera delicada sobre la piel, sin mover el tejido". Mimos: sí, sobreestimulación: no.
Substituye los zumos por smoothies

Te estarás preguntando cómo los zumos pueden afectar al envejecimiento prematuro de la piel. La respuesta está en que estos contienen una alta concentración de azúcares libres. Según Sole Urrutia, experta de Advanced Nutrition Programme, "el azúcar libre produce picos glucémicos que llevan a la glicación de las fibras de colágeno. Es como si caramelizaran y se rompieran y esto deriva en una pérdida de elasticidad y firmeza".
Pero existe una alternativa más amable con la piel. La experta propone cambiar los zumos por smoothies, ya que "contienen toda la fibra de la fruta y esto permite que el organismo la metabolice de manera diferente, sin producir estas subidas de azúcar en sangre".
Cambia la funda de la almohada con más frecuencia

Este es uno de los malos hábitos más comunes y más ignorados. Durante la noche, la piel entra en fase de renovación celular, lo que supone una renovación de la piel. Pero si dormimos sobre una funda sucia, llena de restos de sudor, cosméticos o bacterias, estamos interfiriendo en este proceso.
Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour, explica que "una funda de almohada que no lavemos cada 3 o 4 días está llena de bacterias que pueden frenar la renovación celular de la piel y llevar a brotes".
Además, Isabel Reverte, directora dermocosmética de Ambari, añade otro matiz: "Si la almohada presiona mucho el rostro, puede producir arrugas por repetición si es que siempre duermes en la misma postura". Así pues, nos regala una recomendación: "Apostar por almohadas que se adapten a nuestra cara en lugar de nuestra cara a ellas".
El estrés diario también deja huella en tu piel

Muchas responsabilidades rutinarias que pasan desapercibidas nos provocan un estrés constante: los hijos, el trabajo, las labores domésticas... y aunque no lo veamos, ese estrés se refleja directamente en el rostro.
Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD, advierte que "este estrés elevará los niveles de cortisol, el cual produce una inflamación en la piel que lleva a pérdida de colágeno y elastina, y compromete la hidratación".
La solución tiene dos caminos. El primero es recurrir a recursos psicológicos para lograr disminuir los niveles de estrés y, en consecuencia, los niveles de cortisol. El segundo camino es con la aplicación de cosméticos. Mireia recomienda ingredientes cosméticos que ayuden a contrarrestar los efectos del cortisol en nuestra piel: "renovadores celulares como los retinoides, antioxidantes o exfoliantes que activen los procesos de regeneración de la piel". También nombra el uso de fórmulas con agentes calmantes "como la niacinamida, la centella asiática o los derivados del cobre".
Ahora ya conoces estos 5 hábitos cotidianos que, sin darnos cuenta, aceleran el envejecimiento prematuro de la piel. Son pequeños gestos que pasan desapercibidos, pero que día tras día van dejando huella. Combatirlos no requiere grandes esfuerzos, solo un poco más de consciencia.
Publicidad