EL INTERIOR TAMBIÉN IMPORTA
Belleza holística o por qué es necesario ver más allá del aspecto físico para sentirse saludable
Solo los que se atreven a mirar más allá del aspecto físico conocen el valor de la belleza holística: cuerpo, mente y emociones.

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Preferir la belleza holística es entender que el cuidado personal va más allá de lo estético pues también hay que cuidarse por dentro. Está bien utilizar maquillaje o vestirse con ropa bonita porque es un punto a favor para tu autoestima, pero no puedes olvidarte de tus emociones, tu mente y espíritu. Como te sientas por dentro, se va a ver reflejado por fuera. El estilo de vida que lleves, será el motor de tu belleza porque los hábitos de sueño o de alimentación hacen mucho.

Llevar una dieta equilibrada te ayudará a sentirte mejor contigo mismo, no solo con tu aspecto físico. Comer ultraprocesados a menudo, es una forma de descuidarte y de provocarte un nerviosismo innecesario. Abusar de los azúcares, en concreto del chocolate, puede provocar la aparición de granos, picos de glucosa o aumento de peso. Lo ideal sería optar por una alimentación cargada de nutrientes que regulen los neurotransmisores y una correcta hidratación para controlar los estados de ánimo y reducir la fatiga o los gases.
Dormir las horas adecuadas dejará en el cerebro efectos muy positivos, ya que hará que se relaje y procese las emociones acumuladas durante el día. Además, reducirá las hormonas del estrés como el cortisol. Y es que, adoptar un correcto descanso como rutina, hará que el cerebro se acostumbre a estar en paz, facilitando la resolución de problemas, mejorando la concentración y la memoria.

Entre los hábitos más saludables, el deporte es esencial y no sólo porque libera endorfinas, sino porque te mantiene concentrado en un objetivo: estar bien, lo que te ayudará a estar alejado del resto de problemas, convirtiéndose en una vía de escape. Fortalecer el cuerpo es importante para evitar enfermedades y lesiones posteriores. También para lograr disciplina y sensaciones gratificantes como persona.
Ser demasiado intensos o activos no es malo, pero si es necesario soltar la tensión acumulada, calmar la mente y fijar la atención en hacer ejercicios de relajación en algún momento del día. Los más comunes son los estiramientos suaves o respiraciones profundas. También los ejercicios de yoga, pilates, meditación o mindfulness.

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