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TIENE UNA RESOLUCIÓN INÉDITA

Empieza a operar en Canarias Gregor, el mayor telescopio solar de Europa

Después de diez años de construcción las instalaciones se inaugurarán oficialmente el lunes. A través de ellas será posible estudiar con más nitidez y detalle nuestra estrella.

Ha costado una década de trabajo, todo para conseguir estudiar el sol con un nivel de detalle sin precedentes hasta la fecha, Gregor es el telescopio solar más grande Europa. El telescopio ha sido construido por un consorcio de institutos de investigación alemanes que vuelven a elegir las islas como lugar de observación.

El próximo lunes será inaugurado oficialmente, científicos de todo el mundo esperan poder trabajar con tecnología punta que vuelve a situar a las islas como uno de los centros de observación más importantes del mundo.

El telescopio alemán Gregor ha arrancado sus operaciones en el Observatorio del Teide del Instituto de Astrofísica de Canarias, que acoge a partir de ahora el telescopio solar más grande de Europa y el tercero en dimensiones del mundo. Además de su diámetro, su avanzada tecnología permitirá a la comunidad científica  estudiar el Sol con un nivel de detalle sin precedentes.

No sólo se podrán comprender mejor los procesos físicos de la mayoría de estrellas del universo, sino también resolver cuestiones terrenales, la actividad solar afecta e incluso daña los satélites y las redes de energía de diferentes regiones de la Tierra. Profundizar en su conocimiento puede ayudar a mitigar estos problemas de alto impacto económico.

Gregor tiene una apertura de 1,5 metros Su diámetro y el novedoso sistema de óptica adaptativa, que compensa las turbulencias atmosféricas, logra una calidad de imagen que, hasta el momento, ningún telescopio solar terrestre había obtenido, tanto en el rango visible como en el infrarrojo. La resolución espacial, espectral y temporal resultante permite que los investigadores puedan seguir los procesos físicos en la superficie del Sol en escalas tan pequeñas como 70 kilómetros.

Al contrario de los telescopios solares tradicionales, el diseño de Gregor es completamente abierto: la clásica cúpula se sustituye por un techo retráctil que se abre para que el viento circule y evite el sobrecalentamiento de la estructura y de los espejos. Esta especial arquitectura exige una importante estabilidad mecánica de la estructura del telescopio para eliminar las vibraciones inducidas por el viento.

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