Dormir

Publicidad

EN UN ESTUDIO PUBLICADO EN LA REVISTA 'NATURE'

Descubren cómo el cerebro se 'apaga' para dormir y cómo mantenerlo despierto

Con la introducción de una proteína el cerebro se mantiene despierto durante un periodo de tiempo prolongado, una conclusión que un neurocientífico alcanzó tras observar cerca de 24 neuronas. El descubrimiento fue realizado a través de las moscas de la fruta por las muchas similitudes que tiene con el ser humano.

Nadie sabe a ciencia cierta el motivo por el cual los seres humanos necesitan dormir varias horas al día, pero un neurocientífico portugués ha descubierto la proteína responsable del mecanismo que regula el sueño.

El luso Diogo Pimentel, que forma parte de un equipo de científicos de la Universidad de Oxford, es uno de los principales autores del trabajo publicado en la revista "Nature", resultado de una investigación realizada con moscas de la fruta.

El equipo del laboratorio liderado por el austríaco Gero Miesenböck ha desvelado el mecanismo que apaga las neuronas que controlan el sueño de las moscas de la fruta y, de esa forma, ahora es capaz de conseguir que se despierten.

"Las neuronas tienden a alternar entre un estado en el que están activas y otro en el que están completamente activas, fue lo que nos llevó a formar la hipótesis de que ése es el mecanismo por el cual se regula el sueño", ha explicado Pimentel.

Lo que inactiva a las neuronas es la dopamina, que inicia un proceso que depende de una proteína llamada "Sandman" -o "João Pestana" en portugués-, que normalmente no está presente en la membrana de las neuronas durante el sueño.

El nombre de esta proteína parece contradictorio, ya que "João Pestana" es un personaje mítico del sueño en Portugal que aparece frecuentemente en nanas y rimas infantiles. Cuando alguien se está quedando dormido, los ojos se cierran, las pestañas ("pestana" en portugués) se juntan y se dice que llega "João Pestana".

Sin embargo, con la introducción de esta proteína la mosca se mantiene despierta durante un periodo de tiempo prolongado, una conclusión que el científico alcanzó tras observar cerca de 24 neuronas en el cerebro de este insecto. El descubrimiento fue realizado a través de las moscas de la fruta por las muchas similitudes que tiene con el ser humano.

Necesitan dormir durante el mismo periodo de tiempo, preferentemente por la noche, y hasta realizan siestas durante la tarde, aunque estos no son los únicos motivos por los que fueron escogidos.

"Muchos mecanismos reguladores del sueño ya habían sido inicialmente identificados en moscas y tenían semejanzas bastante grandes con el sistema de los humanos".

La gran ventaja de las moscas es que el sistema nervioso es un poco más simple, es más fácil de comprender y de manipular", razonó Pimentel. Ahora que han descubierto cómo el cerebro se "apaga" para dormir, el equipo en el que trabaja Pimentel quiere comprender el proceso inverso.

"Queremos entender el estado inverso, cómo estas neuronas se vuelven a encender para impedir el sueño y cuáles son las señales que vienen de otras regiones del cerebro para volver a despertar las neuronas", dijo el investigador.

Pimentel, que trabaja estudiando el sueño desde hace cerca de cuatro años, cree que este descubrimiento puede ser útil para los humanos y, además, esta investigación puede esclarecer una de las muchas incógnitas de los neurocientíficos.

"Comprender esto de una forma exhaustiva es el primer paso para después poder intentar resolver los problemas de las funciones del sueño que innumerables personas sufren, o porque no consiguen dormir o porque duermen demasiado", comentó.

El portugués reveló que existe un conjunto de disfunciones que afecta a la calidad de vida de las personas que será más fácil de comprender cuando se entienda completamente el problema.

"Creo que desde el punto de vista de la neurociencia es uno de los grandes enigmas que quedan por resolver y será nuestro próximo paso", aseguró. Aunque nadie sabe todavía a ciencia cierta por qué necesitamos dormir, Pimentel cree que el día que se consiga entender por completo cómo se regula el sueño, los investigadores podrán empezar a hacerse esa pregunta.

Publicidad