"Esta época me da mucho miedo porque me enfrento a lo que estoy intentando evitar", nos confiesa Julia -nombre ficticio-, una joven española que reconoce ser una adicta compulsiva a las compras desde que tiene 12 años. "Me podía gasta entre 2.000 y 2.500 euros al día", nos dice, incluso admite se gastó todos sus "ahorros familiares".
Un problema familiar fue lo que llevó a Julia a meterse en esa espiral infernal. Llegó un momento en el que compraba para sentirse bien, y seguía comprando para apagar la tristeza de su descontrol. "Lo importante no era la compra en sí, era gastar", afirma.
La invasión del comercio online supuso la perdición para esta joven. "No sabía lo que tenía. Tenía Paquetes y paquetes sin abrir, y mentía a mi familia", lamenta.
Julia se encuentra ahora mismo en tratamiento, no puede llevar ni tarjetas ni nada relacionado con su adicción en el bolso. "Puedo llevar los 20 euros que me corresponden al dia", nos dice. Ella confía en que más pronto que tarde se recuperará del todo.
El peligro del comercio online