Un aparcamiento situado en el extrarradio de Nueva Delhi se convierte al caer el día en un improvisado motel al aire libre para la gente que no puede permitirse un alojamiento mejor. Allí conviven hombres, mujeres, niños, familias enteras sin un futuro, que buscan algo para seguir viviendo. Por sesenta centavos la noche, sus 'inquilinos' pueden dormir en catres de madera con colchas.
Vendedores ambulantes, mendigos profesionales, inmigrantes; gente que no puede pagar ni un apartamento para dormir entre cuatro paredes.
Algunos sólo se quedan durante una noche, pero otros llevan ya años, criando allí a sus hijos. Mohamed, por ejemplo, con solo 30 años, lleva ya varios años viviendo allí. Durante ese tiempo conoció a su mujer y se casó con ella. Ahora tienen dos hijos. Con un trabajo de camarero a tiempo parcial y conductor de 'rickshaw', apenas saca lo suficiente para alimentar a su familia.
Con sólo un puñado de ropa como única posesión, es fácil para las familias levantarse y salir cada mañana. Miles de inmigrantes llegan a diario desde pueblos hasta las grandes ciudades de la India en busca de trabajo. Más de ocho millones de personas viven, en Nueva Delhi, en alojamientos que carecen de las necesidades básicas.
