Con la música de 'El Padrino' de fondo, un Rolls Royce blanco avanza despacio entre una gran masa de gente.
El personaje vitoreado en el descapotable es Ángelo Cúccaro, uno de los capos más poderosos de la camorra.
Tras el paseo en coche, el capo saluda uno a uno a cada uno de sus hombres besándolos en la boca, una fórmula empleada por la Mafia para sellar su vínculo.
Cúccaro acudía así a una fiesta religiosa tradicional en Nápoles, en la que hasta el párroco dio su bendición. El alcalde napolitano ya ha manifestado su vergüenza por lo sucedido.