Lo que iba a ser una divertida jornada de juegos con sus perros se convirtió en una tragedia para Melissa Marin y Denise Mitz. La pareja llevó a sus tres perros Abby, Izzy y Harpo a un estanque situado en Wilmington, una ciudad de Estados Unidos, para que se bañaran y disfrutaran de un día diferente.
Sin embargo, quince minutos después de salir del estanque, Abby, un West Highland Terrier, comenzó a tener convulsiones. Rápidamente sus dueños llevaron a la perrita al hospital veterinario acompañados de los otros dos canes. Una vez allí, Izzy, también un 'Westie', empezó a tener los mismos síntomas. Poco después Harpo comenzó a mostrar signos de insuficiencia hepática.
La medianoche del viernes los tres perros de la pareja habían muerto.
Al parecer, según los informes médicos, los perros murieron a causa de un envenenamiento por las algas verdes azuladas que había en el estanque donde jugaron.
"Lo que comenzó como una noche de diversión para ellos ha terminado en la mayor pérdida de nuestras vidas", decía Marin en un post de Facebook que ha sido compartido más de 15.000 veces.
En declaraciones a la CNN, Marin explicó que en un primer momento no se fijaron en las algas pero que su veterinario les explicó que lo que parecían ser deshechos de las flores eran en realidad flores de cianobacterias.
Los dueños de los canes indican que no había ningún tipo de advertencia de algas tóxicas cerca del estanque y que por lo tanto ahora su misión es informar a la mayor gente posible para evitar otras tragedias. "No perderé a mis perros por nada", asegura.
Los expertos explican que este tipo de algas son más comunes en el verano porque son más propensas a infectar el agua cuando el clima es cálido.
Aunque por norma general estas algas dejan una película de suciedad en la superficie que hace que el agua se vea turbia, otras son difíciles de detectar de inmediato.